Sobre una familia yaracuyana cayó, ayer, el peso del dolor por la muerte inesperada de uno de sus miembros, un niño de cuatro años de edad, quien cayó en la piscina de una posada ubicada la vía hacia Río Claro, donde su mamá trabaja como parte del personal de limpieza.
Sobre las circunstancias del hecho, ocurrido al mediodía, uno de los tíos relató que el menor se alejó de la madre para ir a escuchar música junto con otro de los empleados de la posada. Cuando la mujer salió a vigilar al pequeño, no estaba con él. Cerca no había nadie más y al buscarlo en el área de recreación, lo encontró ahogado.
Anoche, los parientes desconocían qué pudo suceder para que cayera dentro de la piscina. Dudan que lo haya hecho por voluntad propia porque su madre siempre le advertía que no se sumergiera en el agua y, además, era un niño “muy avispado”, describió su tío materno.
El bebé era el menor de dos hermanos y vivía junto con sus padres en la calle principal de El Cambural, municipio Peña, en el estado Yaracuy.
DC|IMP