La atleta rusa Yelena Isinbayeva se rindió. Decidió tirar la toalla después de que la IAAF frustrara sus últimas esperanzas de competir en los Juegos Olímpicos de Río donde iba para intentar colgarse un tercer oro antes de anunciar su retiro como profesional. “Recibí la respuesta negativa de la IAAF. Lamentablemente, no han hecho una excepción conmigo. No me han permitido competir en los Juegos. El milagro no ocurrió. No es mi destino competir en Río”, escribió Isinbayeva en su cuenta de Instagram.
Isinbayeva reconoció que sus posibilidades de saltar en Río después de que el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) diera la razón a la IAAF eran pocas, pero decidió intentarlo animada por los dirigentes deportivos y los aficionados. El Consejo de Dopaje de la IAAF “estudió detenidamente” la petición de la doble campeona olímpica y dictaminó que “no hay motivos para reconsiderar la decisión” de vetar al atletismo ruso debido a la connivencia de la federación rusa con el dopaje.
Otra posibilidad era entrar a formar parte de la comisión de atletas del Comité Olímpico Internacional (COI), pero este explicó que esto únicamente le da derecho a asistir a los Juegos, pero no a competir. “Después del nacimiento de mi hijo los Juegos de Río aún tenían sentido. He sacrificado un tiempo que podía haber estado con mi hijo. Y ahora este sueño me lo han arrebatado”, dijo.
La pertiguista, de 34 años, pidió desesperadamente el miércoles ayuda al presidente ruso, Vladímir Putin, que tuvo que consolarle cuando rompió a llorar en la ceremonia de despedida del equipo olímpico ruso en el Kremlin. En cuanto a su posible retirada, la atleta rusa admitió que esperar otros cuatro años es prácticamente imposible y que su único aliciente era acabar su carrera con sus quintos Olímpicos. “Tengo ya 34 años y elijo a la familia”, sentenció hace unos días la atleta que se alzó con el oro en Atenas 2004 y Pekín 2008, además del bronce en Londres 2012.
AFP