Sin sorpresa alguna recibimos el anuncio de la rectora del CNE, Tibisay Lucena, sobre los requisitos establecidos en la norma que regula el referendo revocatorio, enfatizando que la recolección del 20% de expresiones de voluntades se podría realizar a finales de octubre de este año, y luego de este proceso, pasarán 90 días continuos, para la ejecución del evento refrendario, palabras más, palabras menos, este año 2016 “No habrá Referendo Revocatorio”.
Ya lo habíamos escrito con anterioridad, que el tema del referendo no era de lapsos, o de principios institucionales, es un tema político, de sobrevivencia, de estrategia para mantenerse en el poder, cualquiera que haya leído el Príncipe de Nicolás Maquiavelo, podrá interpretar que sobre la ética y la justicia está la practicidad política de los príncipes para conquistar y conservar el poder y esto lo conoce el entorno de asesores del gobierno, quienes han logrado fraguar un binomio de fuerza bajo la sombra castrense y el entorno civil que se ve representando en las instituciones del Estado, excepto el poder legislativo.
Por lo tanto, quienes apostaron a la salida institucional y democrática del presidente Nicolás Maduro a través del referendo revocatorio, solo con solicitarlo ante el CNE, han pecado de ingenuos, repitiendo su torpeza política y lo más grave aun, su miopía estratégica, ya que no han entendido que el asunto no radica solo en desplazar al presidente de turno, es revocar un sentimiento político, una estructura política hecha Estado, un “establishment” fuertemente arraigado que ostenta el poder de la nación y hará todo lo posible por mantenerse, citando a Maquiavelo sobre los principados y el príncipe “ Éste, si tiene provisiones y preparación militar, y si el príncipe sabe alentarlo, esperanzarlo y hacerle temer al enemigo, lo defenderá hasta el final”.
Ciertamente, la jugada no termina aquí, la oposición nucleada en la MUD tendrá que reingeniarse para lograr superar este traspié político que los deja sin discurso y agota la esperanza de un pueblo, que desde el año pasado en tiempo de elecciones parlamentarias, viene escuchando promesas de cambio, con fechas incluidas y hasta con candidatos presidenciales en el paquete; con el agravante que su capacidad de respuesta ante el anuncio del CNE ha sido completamente timorata, llamando a marchar para el próximo primero de septiembre, es decir casi un mes después del “efecto Lucena”. Asunto que deja en evidencia la pérdida del poder de convocatoria de la clase política que dirige de la MUD.
Desde nuestra óptica, consideramos que mientras la clase política de la oposición no realice cambios sistemáticos y oportunos en su estrategia, los resultados seguirán siendo los mismos; mientras la dirigencia de la MUD, mantenga agendas separadas, aspiraciones individuales, criterios histriónicos como método político, con marcadas ambiciones demagógicas, de grupillos egocéntricos hambrientos de poder, seguirán desconectados de las verdaderas demandas ciudadanas. Lo inteligente ante este desmadre que los deja deambulando y sin estrategia, es que quienes la dirigen renuncien y permitan que nuevos actores asuman el control.
Realmente, será muy difícil ver cambios a lo interno de la MUD, sin embargo si eso llegara a suceder, les remitimos las siguientes propuestas. 1. Implementar en lo inmediato, un sistema de democracia interna, que supere las posiciones caudillistas y les permita elegir un líder que asuma la dirección y vocería de la MUD. 2. Diseñar, organizar y ejecutar manifestaciones democráticas de calle delegando responsabilidades directas a concejales, legisladores regionales, diputados nacionales, alcaldes y gobernadores, activados en todas las sedes del CNE del país. 3. Sacar la Asamblea Nacional pa´ la calle, realizando las sesiones con el pueblo en las plazas Bolívar de las principales ciudades del país. 4. Salir de su zona de confort, profundizando la conciencia popular, llevando el mensaje de cambio a los sectores populares, barrios, cerros, caseríos, pueblo adentro.
Finalmente, la lucha esta en el pueblo y el pueblo sabe que cuando lucha consigue, y hasta que no logremos cambiar nuestras conductas y salgamos como ciudadanos a hacer valer nuestros propios derechos, seguiremos a la merced de los mismos demagogos que prometen y arrebatan sin cumplir sus compromisos, los ladrones de esperanza.
DC / Alfonso Hernández Ortíz / Politólogo – Abogado / dialogopublico@gmail.com / @AlfonsoZulia