A diferencia de la historia conocida por la humanidad, donde hace alusión a la visita de tres reyes magos quienes partieron aparentemente del oriente, para entregarle regalos de gran riqueza simbólica al recién nacido niño Jesús; en Venezuela actualmente, no contamos con la misma dicha que narran las antiguas escrituras.
Puedo certificar, que en mi país han nacido millones de personas valiosas por sus cuantiosos aportes y ejemplo de vida, no obstante, ninguna se compara con ese maravilloso ser que se entregó por la salvación del mundo entero. Aquí, después de 2000 años de historia, llegaron tres presuntos magos de distintos países que nunca han sido proclamados como reyes, ni arribaron luego del nacimiento, lo que hace diferente el relato.
La llegada se realizó tras la muerte no precisamente de un niño sino, de un energúmeno viejo barinés que traspasó el mando al ser más despreciable del continente después de Fidel, y que luego de mostrar su gran capacidad para generar la crisis, requirió de los dotes artísticos del trío en calidad de mediadores, convocando a un simulado dialogo que permitiese proyectar la imagen benevolente del indocumentado ante los demás países extranjeros.
En medio de tanta confusión, y llegada la hora, dejaron ver sus caras. La gente sorprendida murmuraba ¡éstos no son Gaspar, Melchor y Baltazar!, ya que no llevaban la khandura con la ghutra (traje pérsico), mientras otros preguntaban sin tapujos ¿Son bufones o petimetres? debido al estilo sobrio pero a la vez jovial de sus indumentarias. Transcurrido el tiempo, dejaron conocer sus nombres “Zapatero, Torrijos y Fernández” como también, las hipócritas acciones camufladas en una posible solución que permitiese el acercamiento entre el gobierno y los representantes de la MUD.
Después de tanto alarde los resultados fueron inconclusos, como todo lo que comienza el régimen. La verdadera intención de sus acciones se fundamentó en generar el retraso de los procesos, implementar el uso de cortinas de humo para desviar la atención, “mientras los ladrones siguen engordando el botín” y desmotivar a la población mediante una guerra psicológica.
Los magos salieron a hurtadillas con los bolsillos llenos y pocos han notado su ausencia. Quizás, para algunos el objetivo se cumplió a la perfección. Pero recuerden, que mientras algunos venezolanos luchan por la democracia desde la «Asamblea Nacional»otros, por convicción y amor a nuestra patria, secundamos en el propósito llevando un recuento de todo lo que ocurre en diversos hechos y sus protagonistas. Allí radica el verdadero fracaso de los tres reyes vagos, y el de otros tantos chupópteros encargados de quebrar las arcas de la nación.
Mientras ellos sonríen, seguiremos escribiendo la historia con tinta indeleble, y el mundo entero pronto entenderá porque este podrido e inútil sistema, jamás podrá prevalecer en algún país con miras de progreso.
DC / Lcdo. Daniel Hernández Luengo / Coordinador de Patrimonio y Referencias Históricas del IMGRA / dahlpahg@gmail.com / @danielovtsky