Vete. Has vuelto leña al país, nos has lanzado por un precipicio, la inflación nos tiene locos mientras la inseguridad angustia al más sereno; desbarataste la economía y empobreciste la clase media que, al igual que los más desatendidos, ahora trabajamos y vivimos solo para comer, cuando se consigue y cuando la plata alcanza. El mal que hiciste nos perjudica a todos por igual, excepto a la cúpula corrupta y enriquecida groseramente a la sombra de la corrupción y el narcotráfico, para quien no hay escasez de alimentos ni medicinas, y la inseguridad se ve disminuida gracias a la protección de guardaespaldas personales. Tu propia gente, Nicolás, o la que fue tu gente, te rechaza; el chavismo no te quiere. Ya basta. Renuncia. Evítate el rechazo masivo del 1° de septiembre, evítate ser revocado y ser juzgado ulteriormente por delitos y faltas aún mayores. No más daños. Renuncia.
Tu afán de poder, de mantenerte en la lujuria del uso y abuso del gobierno, no puede estar por encima de todo un pueblo. Has disfrutado el poder como pocos, lo has disfrutado tú y tu señora, al igual que la extensísima familia de ella, así como lo han disfrutado los de tu sangre y los de tu entorno, a quienes has movido y rotado insistentemente, como lo indican las cifras: 88 ministros has designado en tres años. Las mieles del poder las has saboreado lujuriosamente. Mientras el pueblo pasa trabajo, tú tozudamente intentas venderle el cuento de la guerra económica, sin que ya nadie te crea.
Nicolás, no has servido a la causa del pueblo venezolano, ni siquiera a la causa de los pesuvistas, quienes en su mayoría están golpeados como yo y como todos. A quien si has servido bien es a los hermanos Castro. La rosca gobernante en Cuba te quiere y agradece; te portaste muy bien con Fidel en estos días, cuando le llevaste una fiesta portátil, decenas de personas, músicos y artistas fueron a homenajearle y a cantarle cumpleaños feliz al nonagenario. Te lució bien la jalada que le hiciste al decrépito dictador cubano, la pena es que el viajecito nos costó a los venezolanos 400 mil dólares, entiéndase, 400 millones de bolívares. Por la tragedia que hoy vivimos, por el hambre del pueblo y por los enfermos sin medicinas, este gasto ilegítimo e innecesario es una de las peores bofetadas que les has dado a los venezolanos.
Te jactas de haber aumentado una vez más el salario mínimo, a partir del próximo 1° de septiembre, lo cual es la mejor demostración de una economía enferma y con una inflación brutal que se traga el trabajo y el esfuerzo de los venezolanos, y que reduce nuestras expectativas a la mera compra de alimentos. Con tu nuevo salario mínimo de algo más de 22 mil bolívares, solo se podrían comprar hoy seis productos de la canasta alimentaria: un pollo, un kilo de leche en polvo, un kilo de azúcar, otro de pasta, uno de arroz y uno de harina de maíz, por supuesto que me refiero a productos regulados comprados a precios de bachaqueo, que es el precio real si los quieres conseguir.
Entre enero y julio la inflación acumulada es de 240 %. Échanos el cuento, ¿para qué sirve el incremento salarial de 50 %? Si fuera poco, el anuncio lo hiciste el viernes 12 de agosto, y ya para hoy todo ha subido sin que nadie haya cobrado el tal aumento, que está previsto a partir del 1° de septiembre. No digas -porque nadie te creería- que es coincidencia que la vigencia del incremento sea a partir del 1° de septiembre, el día de grito de calle contra ti. Por supuesto que ese aumento es una jugada política más en tu intento de hacernos desistir de la toma de Caracas. El 1° de septiembre estaremos todos en la calle, hasta el gato, sin importar el color del gato.
Nicolás, por supuesto que todos entendemos el porqué de tu negativa al revocatorio. Nadie duda de que serás revocado con no menos del 80 % de la voluntad popular. Ya suman casi 80 días de retardo en el proceso revocatorio, atribuibles a las cuatro sayonas del CNE que actúan en tu nombre. No escapa a tu conocimiento ni a tu inteligencia -porque bruto no eres- que si trancas el revocatorio que es válvula de escape a la indignación popular, la consecuencia obvia es el estallido social, o tu renuncia. Tu renuncia es cada vez más la salida inteligente. No permitas el estallido social. No le causes más daños a Venezuela. Renuncia.
DC / Paciano Padrón / pacianopadron@gmail.com / @padronpaciano