Sin dudas era uno de los números más esperados de los MTV Video Music Awards. Después de nueve años ausente, Britney Spears regresaba en gloria y majestad al popular evento, donde presentaría en vivo una de sus más recientes canciones. Sin embargo, su show desató comentarios mixtos.
Tras ser presentada por Kim Kardashian, la princesa del pop ingresó al escenario vestida con un body amarillo y plateado, interpretando el single «Make Me» y «Me, Myself & I» junto al rapero G Eazy.
Pese a que había prometido un espectáculo único, su presentación estuvo completamente lejos a las recordadas actuaciones de Spears en el mismo evento en el pasado— como con la serpiente colgando y el beso con Madonna, y más parecida a la de 2007—, donde el playback jugó un importante papel.
Aunque la prensa estadounidense alabó el retorno de la cantante, por su trabajado físico y una presentación en la que la coreografía es una pieza fundamental, y lo llamó «un regreso triunfal», las redes sociales se llenaron de críticas, en especial por el abuso de playback de la cantante y el poco despliegue en el baile que presentó. Es más, en el minuto 2:23 (ver video al final de este artículo) se ve claramente cómo Spears, concentrada más en el baile que en el tema, olvida su turno para cantar.
DC | EM