Sinaí de los Ángeles Reverol Portillo, una niña, de 11 años, salió a la bodega de la esquina a comprar chucherías. Llevaba 400 bolívares en uno de los bolsillos de su faldita de jean. Le dijo a su madrastra que la acompañara, no quería ir sola, a pesar que acostumbraba hacerlo.
Compró una galleta y con el vuelto le dieron un par de caramelos. Regresaba feliz a su casa, hasta que las balas resonaron. Dos de los disparos que iban de un lado a otro impactaron contra su cuerpo. Una guerra entre bandas desató la muerte.
La tranquilidad habitual que caracterizaba los domingos en el barrio San Crispo se acabó esa noche. El único ruido que se escuchaba por esas calles de arena era el cantar del algún vallenatero, pero esta vez fueron las detonaciones que sembraron el miedo.
Sinaí cayó al suelo de las manos de su madrastra. Ningún vecino sabía lo que pasaba en el barrio. Todos se volcaron a ayudar a la niña que minutos antes caminaba sonriente.
Una de las balas le perforó la intercostal izquierda, mientras que la otra se le alojó en la pierna derecha. Sus familiares la alzaron y la llevaron a un centro asistencial cercano.
Debido al delicado estado de salud, los médicos la remitieron al Hospital Universitario de Maracaibo (HUM).
Al llegar al HUM, los doctores la estabilizaron. Su tío contó que la adolescente no dejó de llorar por el camino.
“Decía que le dolía todo el cuerpo y nosotros le dábamos aliento para que resistiera”, contó el pariente, ayer, mientras declaraba en la sede del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc).
A la muchacha la lograron estabilizar y fue sometida a una intervención quirúrgica para extraerle la bala. A pesar de los esfuerzos, falleció ayer, a las 8:00 de la mañana, en uno de los pisos de hospitalización del HUM.
Voceros policiales informaron que la niña fue asesinada al quedar en la línea de fuego entre dos bandas criminales que se disputaban el control del barrio.
Detectives de la policía científica informaron que un criminal apodado “El Gordo” cayó herido en el intercambio de disparos.
La familia contó que Sinaí residía con su mamá en el sector Plaza del Ruego, pero el domingo estaba visitando al papá en el barrio San Crispo. Era la menor de tres hermanos, contó el tío.
Los familiares de Sinaí la describieron como una “muchacha alegre y carismática”. “Le gustaba mucho practicar deportes y bailar. Soñaba con ser modelo”, dijeron los parientes.
Funcionarios del Cicpc de Cabimas y Maracaibo están detrás de la pista de los criminales responsables del homicidio.
En el cuerpo detectivesco ya manejan los apodos de los criminales que iniciaron la balacera en el barrio. Al parecer, los delincuentes pertenecen a dos grupos hamponiles que se dedicaban al tráfico de droga y extorsión no solo en Miranda, sino en toda la Costa Oriental del Lago.
La noche del miércoles pasado, fue asesinado Ismael Alejandro Aguirre Gómez, de 9 años, cuando cuatro criminales dispararon contra su casa ubicada en el sector Valle Frío, en Maracaibo.
DC|Panorama