Paraguay venció 2-1 a Chile en Asunción con dos goles tempraneros de Óscar Romero y Paulo Da Silva que fueron una losa demasiado pesada para unos chilenos que recortaron distancias en el minuto 36 por obra de Arturo Vidal, pero que fueron incapaces de superar la rocosidad de la Albirroja en la reanudación.
Antes de que Chile se diera cuenta de que el partido había comenzado Paraguay ya había anotado dos goles en un arranque imperioso de la Albirroja, que salió decidida a ahogar a la Roja en el borde de su área con un presión inusitada que evitó cualquier intento de pase chileno.
Tal era el sopor chileno al inicio, que en la primera que tuvo Paraguay, Óscar Romero enganchó un zurdazo desde fuera del área que sorprendió al portero Cristopher Toselli y se coló en las redes en el minuto 6.
Antes de que Chile fuera capaz de asimilar el tempranero gol paraguayo, encajó el segundo en un saque de esquina votado por Víctor Ayala desde la derecha, cabeceado por Cristian Riveros en el segundo palo y rematado a las mallas por Paulo Da Silva en el área pequeña.
Pero Paraguay se echó atrás a esperar a Chile en su campo y los jugadores de José Antonio Pizzi empezaron a reponerse de los dos goles y de a poco inició su fútbol habitual.
En el minuto 36 encontró su recompensa con un remate de Arturo Vidal, sin gran oposición en el área, tras una falta votada desde la derecha.
La segunda parte arrancó como un espejo de la primera, con una presión oriunda por parte de Paraguay y la incapacidad de Chile de sacar el balón jugado desde atrás.
Tuvo cuatro oportunidades claras la Albirroja para haber aumentado el marcador, pero la puntería del inició del partido no le acompañó en la reanudación en las ocasiones de Romero, Lezcano, Rojas o Santander.
Chile volvió a sacarse la rocosa presión paraguaya y la tuvo cada vez que Alexis Sánchez se conectaba en el juego chileno, pero la defensa albirroja no permitía huecos.
También la tuvo Arturo Vidal en un balón parado en la frontal del área en el minuto 76, pero su disparo se marchó por encima del travesaño de Diego Barreto.
Paraguay renunció a la pelota pero no al intercambio de golpes, y a cada ataque elaborado de Chile contestó con intentos de contraataque en las botas de Miguel Almirón y con la figura de Darío Lezcano en lucha contra toda la defensa de la Roja hasta que fue sustituido por Jorge Benítez en el minuto 82.
Además, los cambios de Francisco Arce surtieron efecto, no tanto en mejorar el fútbol paraguayo, pero sí en reforzar la lucha y la presión.
Tres puntos de oro que sumó Paraguay para meterse de lleno en la pelea por las plazas de clasificación directa para el Mundial de Rusia 2018 y que se traducen en una inyección de moral de cara al partido contra Uruguay en Montevideo la próxima semana.
DC | EFE