En el concierto de frases que hacen particular un momento político, realmente la del primero de septiembre dada por el presidente Maduro, lo hace para el mundo un suceso de particular interés. Donde la figura quien la “ofrece” denota que realmente su incapacidad de lograr entender que es la democracia y menos en acción, le quedo reducida a tan ruidosa forma de decir, que no logra entenderla.
En el marco de la legitimidad de los gobiernos, esta posee muchas aristas, y las formas de evidenciar la perdida de esta, parte del hecho que se logran dibujarse en el escenario nacional con miles de pinceladas rojas, rojitas; la incapacidad de resolver los problemas básicos: alimentación, seguridad, los servicios públicos, la salud, la corrupción, la anarquía, en fin el quiebre de los Derechos Humanos en su amplia gama. Lo cual, determina el fin de una legitimidad evidenciada en una pequeña muestra, como lo fue el caso de Villa Rosa en Margarita recientemente.
Lamentablemente, la ausencia de respuestas que pudiesen ser implementadas para menguar la tragedia venezolana, no logra concebirse ante tal escenario, por el contrario, llama la atención cuando en tal manifestación ciudadana se personaliza a un dirigente para lograr darle a cada uno de los ciudadanos, las familias y la sociedad el epíteto de “Coño de Madre”. Ciertamente, se pudiese analizar que al pie de la letra, está bien calificado, en nuestro caso una Madre, amorosa, tierna, protectora, amante de las libertades y los Derechos Humanos que representa el hecho de que si somos CDM.
Por otro lado, sí nos referimos a esa madre que pario una niña un 23 de enero, hija de la libertad y concebida en un sueño de ansias de paz y grandeza; que cuando estaba chiquita logro sembrar el futuro con tierra, pan y trabajo, pues señor presidente si somos “coño de Madre”. Que inconcebible es para esta revolución entender que fuimos paridos por la democracia, mensurable y `perfectible para hoy. Engendrados fuimos con el valor de líderes políticos de real semblante y que los miedos de la tiranía, llegaron tarde.
Todo indica que el rumbo de esta amarga película barata del Socialismo de Siglo XXI, va sin boato y no logra visualizar el quiebre del más básico valor moral que existe: el Respeto. La ausencia de este, da por cantado que nada falta por discutir, siendo la propuesta básica que queda en el paladar de los tantos venezolanos, es que renuncie presidente, no le queda de otra. La renuncia sería la última muestra de dignidad, que mostrara al mundo que usted también es un hijo de su madre.
De tantas palabras y hechos ofrecidos en la gala revolucionaria, el llamarnos hijos de nuestras madres es un honor. Es así que la interpretación de sus palabras como su revolución posee muchas verdades fáciles de ser interpretadas por el más sencillo de los ciudadanos, lo cual ya su encargo fue recibido con agrado por los miles de venezolanos que escuchamos de usted en tan limpio y sencillo mensaje.
DC / Dr. José Pons B / Movimiento de Ascenso Social / @joseponsb