Tras el lanzamiento de un nuevo misil por parte de Corea del Norte, el presidente estadounidense, Barack Obama, prometió colaborar con las Naciones Unidas para endurecer las sanciones sobre el país, pero añadió que Washington permanece abierto al diálogo si Pyongyang modifica su discurso.
Obama dijo los lanzamientos más recientes de misiles balísticos eran “provocaciones” que violaban el derecho internacional y solo servirían para acrecentar el aislamiento del país.
“Vamos a colaborar de manera diligente con las sanciones más recientes de la ONU”, dijo Obama a la prensa tras una reunión con la presidenta surcoreana Park Geun-hye.
“Vamos a trabajar juntos para asegurarnos de cerrar las rendijas y volverlas aún más eficaces”, dijo.
Corea del Norte lanzó tres misiles balísticos desde su costa oriental el lunes. El lanzamiento fue visto como una demostración de fuerza para llamar la atención de los mandatarios que visitan la región para una serie de cumbres.
Durante el fin de semana se reunió el Grupo de los 20 en China, y luego Obama viajó a Laos para participar de una cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático.
El Consejo de Seguridad de la ONU condenó enérgicamente en agosto cuatro lanzamientos de misiles balísticos norcoreanos, considerándolos “violaciones graves” de una prohibición de toda actividad relacionada con los misiles.
A pesar de las sanciones, Corea del Norte dice que los ensayos se justifican debido a la amenaza que le significan Estados Unidos y Corea del Sur.
Park dijo a la prensa que el lanzamiento “amenaza fundamentalmente la seguridad de la península coreana”. Los dos mandatarios insinuaron que seguirán presionando a China, el único aliado de Corea del Norte en la región, para que utilice su influencia.
Obama acotó que Estados Unidos no ha eliminado la posibilidad de un diálogo con Corea del Norte si ésta modifica el rumbo.
DC|LP