Por su nombre: Dictadura, por Paciano Padrón (@padronpaciano)

Al pan, pan y al vino, vino. Llamemos las cosas por su nombre. Flaco servicio hacemos a la causa noble del pueblo que quiere cambio -que desde hace ya rato es mayoría- si se sigue llamando al gobierno de Maduro de manera encubierta. Como se ha dicho, “Cuando una dictadura no es tratada como tal, disfrazada de democracia puede hacerse eterna”. Es la hora de quitarle la careta a Nicolás, este no es un gobierno socialista, ni una semi-dictadura, ni un régimen fuerte, nada de eso, esto es una dictadura, entiéndase un gobierno ejercido al margen de la ley, violatorio de los derechos humanos, autócrata, cuya meta más importante es no caer, es prolongar la agonía en beneficio del cogollo usufructuante del poder.

 

Toda dictadura es deplorable, porque contraría la voluntad popular, porque es el ejercicio del poder al margen de la ley y de espalda a la voluntad general. Pero hay dictaduras que son dos veces malas, porque no solo actúan al margen del Estado de Derecho, con desprecio al criterio y voluntad de los gobernados, sino que además genera daño social, económico y humano.

 

Nadie duda de que el gobierno de Pérez Jiménez fue una dictadura; el hijo de Michelena se hizo del poder a la fuerza, y gobernó autocráticamente, y si bien hubo hechos de corrupción y de enriquecimiento ilícito que fueron probados, también es obvia y está a la vista la obra material de su administración, el bienestar económico que disfrutó la ciudadanía y la calidad de vida que se alcanzó. Deplorable la policía política del perezjimenismo, llamada Seguridad Nacional, los presos, torturados y asesinados. Había quienes sostenían que si usted no se metía con el gobierno, el gobierno no se metía con usted; lo político marchaba mal, pero en lo social y económico había progreso y bienestar.

 

Conocí el Chile de Pinochet, supe de la persecución política a la que sometió a quienes se alzaron contra sus arbitrariedades. Numerosas veces levanté la voz como diputado en el Congreso de la República o en la Unión Interparlamentaria Mundial, para condenar la dictadura de quien perseguía hasta la muerte a sus adversarios políticos. No obstante, Chile logró un impresionante crecimiento económico durante los años de Pinochet, y lo mejor que le aportó a Chile la democracia surgida a la partida de Pinochet, fue haber acompañado con cambios y libertades políticas, el desarrollo económico logrado por el dictador, crecimiento este que se ha acentuado con la democracia, siendo hoy un desarrollo económico con rostro social y humano.

 

Así como pude hablar antes del desarrollo económico alcanzado en sus respectivos países -y en sus debidas oportunidades- por Pérez Jiménez y Pinochet, podemos hablarde las dictaduras doblemente malas, las que niegan y pisotean los derechos políticos y civiles, y simultáneamente arruinan al pueblo. Dos ejemplos, más que elocuentes, son la dictadura de los Castro en Cuba, que ya se aproxima a 60 años de empobrecimiento brutal de un pueblo al que han arruinado para mantenerlo sometido por hambre, y el régimen venezolano de la revolución mal llamada Bolivariana. El Socialismo del Siglo XXI se asemeja más al pretérito que al futuro, a las cavernas que a la modernidad. En Cuba nada se ha salvado en estos 60 años, así como en Venezuela todo está peor, luego de 17 años de cesarismo, omnipotencia y totalitarismo.

 

Si Nicolás ha resultado bueno para algo, es para sostenerse en el poder, porque a pesar de no contar con el respaldo del pueblo, a pesar de que 85 de cada 100 lo rechaza, de que no lo quiere, todavía patalea y aprovecha el respaldo de la cúpula podrida de la Fuerza Armada, laque a su vez se aprovecha de él, del gobierno y de los menguados recursos que nos han dejado en las arcas del Estado.

 

Enfrentemos a Nicolás Maduro como dictador. El camino por supuesto será el democrático, nuestras luchas son por el sendero del revocatorio y las otras vías constitucionales, pero nuestra voz debe ser firme, y recio nuestro espíritu. No podemos comer coba, sabemos que estamos ante un mentiroso compulsivo, un dictador inescrupuloso y un autócrata sin moral. La mejor manera de eternizar un régimen de esta estirpe es no tratarla como tal. Por su nombre: dictadura.

 

DC / Paciano Padrón / pacianopadron@gmail.com / @padronpaciano

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