En cuanto las cheerleaders entran en el gimnasio, luciendo sus minivestidos fucsia con cenefas doradas y botas altas de color blanco, el público las ovaciona con entusiasmo. Estas animadoras, de entre 60 y 80 años, han encontrado en el baile su elixir de juventud.
Fumie Takino, de 84 años, da la señal para empezar y las “chicas” , cuya media de edad ronda los 70 años, se colocan rápidamente, sacan su mejor sonrisa y se preparan para brincar con la primera nota de Dreamgirls, la banda sonora de la película del mismo nombre. Para formar parte del grupo Japan Pom-Pom de la señora Takino, los criterios son estrictos. “Hay que tener como mínimo 55 años y estar segura de poder ofrecer su más bella actitud” , precisa en una entrevista a la AFP . “¿Qué interés tendría ver abuelas de 70 años bailando como ancianas?” , se pregunta.
Convertirse en animadora le cambió la vida, asegura, recordando que cuando era joven era muy tímida. “Mi pareja no funcionaba muy bien. Pensaba que tenía que aguantar la situación hasta que mis hijos se casaran” , añade. Rehuyendo de una vida monótona de ama de casa, que podría acabar quizás como su padre, enfermo en la cama, Takino decidió dejarlo todo e irse. Para llevar a cabo este cambio radical contó con el apoyo de su hijo y de su hija.
Pom Pom Grandma เคล็ดลับอายุยืนอย่างมีความสุข ใน #รอบโลกbyกรุณาบัวคำศรี 19.30 น. 15 ก.ย. #PPTVHD36 #Japan #pompom pic.twitter.com/EBWj6IP1jQ
— PPTVHD 36 (@PPTVThailand) 15 de septiembre de 2016
“No quería pasar los últimos años de mi vida quejándome y arrepintiéndome de cosas que no hice” , explica. Y para ello, no se fue a la ciudad de al lado, sino a Texas, en Estados Unidos, para realizar estudios de gerontología. Al terminar la formación, volvió a su país. En Japón, la vejez es una preocupación nacional. Un 27% de la población tiene ya más de 65 años y el fenómeno irá cada vez a más porque los japoneses tienen la mayor esperanza de vida en el mundo (86,8 años para las mujeres, 80,5 años para los hombres). Como profesionales Pasaron varios años hasta que Takino descubrió la existencia de un equipo de cheerleaders de la tercera edad en Estados Unidos. Entonces decidió crear su propio grupo.
Es cierto que con 70 años somos menos válidos que con 50 y las capacidades van degradándose con los años, pero no es una razón para no hacer nada más y compadecerse de sí mismo, insiste la octogenaria. Es ella la que motiva a sus compañeras: “Aunque sintáis que no podéis mantener el ritmo, tenéis que intentar seguir con nosotras”.
Et voici les Japan Pom-pom #LGJpic.twitter.com/YMQwGD7eNy
— Le Grand Journal (@GrdJournal) 16 de septiembre de 2016
DC|EC