-Pues, al poco tiempo de asumir la presidencia, el presidente Maduro mostró que su intención fundamental era profundizar las cosas malas, y que no había intención de rescatar las buenas; como tampoco había vocación de cambiar cosas distintas. Por lo que desde Marea Socialista nosotros decidimos firmemente abrir espacios; constituyéndonos como una oposición de izquierda.
-Eso es lo que hemos hecho. En el último año y medio hemos estado haciendo planteamientos concretos ya hacia la gente. No hacia el gobierno. Tuvimos un primer año conservando un nivel de esperanza, precisamente, en la vocación de lo que el presidente Chávez nos dijo el 8 diciembre sobre unidad, lucha y victoria.
-Pero hoy quien atenta contra la unidad fundamentalmente es el presidente Maduro y todo su equipo de gobierno. Cuando tú vas en contravía de los principios humanistas, de respeto de soberanía, de respeto de integración latinoamericana; como lo ha hecho el presidente Maduro, no se puede hacer más que la necesidad de confrontar un gobierno; que además demuestra una profunda voluntad autoritaria, y que ya no tiene ningún tipo de resguardo ni parangón para ir en contravía de la posibilidad de la gente decida democráticamente el destino del país.
¿Usted quisiera revocar a Maduro este año o el que viene?
-Yo creo que el pueblo venezolano se tiene que dar el derecho y la potestad de revocar al presidente Maduro en el momento que sea necesario, y eso significa que sea este año. La lógica nos indica que, para que se pueda revocar, y para que haya una posibilidad de que el pueblo venezolano genere un cambio de gobierno, tendría que ser este año.
-El año que viene es un escenario, que no es descartable; que no se puede desechar. Porque, igual, el vicepresidente que quedara estaría en condiciones de legalidad, pero de mucha ilegitimidad, y eso pudiera generar presiones, para de alguna manera lograr una situación de transición.
-Pero lo que está exigiendo el pueblo venezolano hoy, es la posibilidad de tener el derecho de ejercer el referéndum revocatorio (RR); como un principio constitucional, y que sea este año. Todo lo que sea en contra de eso, por supuesto, que va en contra de los principios democráticos planteados por la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
¿Usted cree que el CNE ha retrasado el revocatorio? ¿Eso era lo que tenía en mente Chávez en 1999?
-Yo creo que aquí las cúpulas han retrasado el proceso. No solamente es el gobierno. Es un sector de la MUD; que también ha apostado a utilizar el RR como un recurso de presión; para lograr su fin último, que es la sustitución del gobierno, sin consultarle a la gente. Hay un sector de la oposición que juega a que se produzca una renuncia forzada; que se produzca un pronunciamiento de un sector militar; que se produzca una intervención extranjera, y que no lleguemos al hecho de la consulta popular, para lograr el objetivo de salir de este gobierno tan indolente.
-Nosotros planteamos, fundamentalmente, el hecho de que el pueblo venezolano es el único que tiene la potestad de tomar las acciones de cambio y de transformación en el país. Si no es por vía democrática, si no es por vía de consulta, si no es por una vía refrendaría, cualquier tipo de acción distinta, estaría atentando en contra de la concepción de la Constitución de 1999.
-Así también casi todo el gobierno está empujando a que el RR no sea este año. Y están divididos. Hay un sector que quiere que el RR sea en el 2017. Otro sector coincide con la oposición en buscar la manera de salir de Maduro, sin llegar al RR, y un pequeño sector, muy poderoso, evidentemente, que es el entorno más cerrado del presidente Maduro, es el que está apostando, para que no haya RR.
-Incluso, hay un sector que está apostando, para que no haya RR ni en el 2016 ni en el 17, pero que haya un adelanto de elecciones, para los primeros meses de 2018. Todos esos escenarios tienen actores detrás, que están empujando hacia la búsqueda de que la gente, al final, no se pronuncie de manera definitiva o que el poder de la gente sea el que conduzca a una reorientación de los destinos del país.
¿Maduro acabó con el chavismo?
-Todavía no; tiene la posibilidad de hacerlo. Ese es el gran riesgo. Tiene la capacidad de poder aplastar, desde el punto de vista electoral, un fenómeno que tenía un gran capital. Ahora, desde el punto de vista histórico; desde el punto de vista de lo que significa para el pueblo venezolano el chavismo, muy difícilmente podrá acabarlo. Pero sí podrá disminuirlo en un porcentaje importante.
-Hoy quienes apoyan la posibilidad, de que se restaure el legado del presidente Chávez, no sobrepasa el 40%. Los que se definen chavistas no llegan a un tercio, y los que defienden a Maduro no llegan ni a 18%. Eso quiere decir que hay un importante degradé. Eso era distinto hace dos años; un año, incluso, a principios de este año la popularidad del presidente Chávez estaba en 55%, según Datanálisis.
-Hoy, según Venebarómetro, la popularidad de Chávez está en un cuarto lugar; aproximadamente en un 40%. Pero es sorprendente que todavía haya una popularidad del presidente Chávez entre 45 y 40 por ciento, teniendo a alguien que, supuestamente, es su hijo. El que se autoproclama hijo de Chávez, y defensor del legado, y lo único que ha hecho es atentar en contra del mismo.
-Cuando digo atentando en contra del mismo es, porque fundamentalmente, hoy; mientras tengamos un gobierno, que haga que el pueblo venezolano pague la crisis, que ha generado un sector político y económico que hoy disfruta; luego de haberse llevado el dinero de la renta petrolera durante los últimos quince años fuera del país, y nadie pague por ellos, sino los pendejos: el 99% de los venezolanos, eso es un atentado contra ese pueblo.
Con este gobierno ha florecido la corrupción: ¿manzanas podridas o árbol podrido?
-No, en este gobierno no ha florecido la corrupción; con este gobierno se ha profundizado la corrupción; que nace desde la gesta de la concepción del modelo democrático rentista petrolero en Venezuela. Aquí responsabilidades las hay: la corrupción no llegó con la V República; la corrupción llegó con la IV República. Llegó con el modelo del rentismo, implementado con el pacto de Puntofijo.
-Ahora bien, ¿se ha profundizado bajo este gobierno? Sí. ¿Se ha profundizado el rentismo? Sí. ¿Hay más responsables hoy que antes? Sí. Pero la fuga de capitales aquí, antes de la llegada de Chávez, era de 147 mil millones de dólares. Hoy ya nosotros perdimos la capacidad de calcularlo. Perdimos la cuenta en 300 mil millones de dólares en los trece años de gobierno del presidente Chávez.
-Hoy es incalculable la fuga de capitales, en relación con Maduro. Solamente, la fuga de capitales es un indicador: no es la corrupción, no es cuanto se han robado por completo; pero sí nos sirve como un indicador, y ese indicador es tan comparable a 146 mil millones de dólares con un barril de petróleo a 10 dólares en la IV República; como 300 mil millones de dólares con un barril de petróleo a 120 dólares.
¿Cómo ve usted la posibilidad de una amnistía de la corrupción en una negociación que fuerce la renuncia de Maduro?
-Ninguna. Yo creo que el pueblo la rechazaría. Yo creo que pasaría lo mismo que sucedió en Colombia con el NO. Habría un gran rechazo en el marco de una gran abstención, si se llegara a consultar. Porque establecer la posibilidad del restablecimiento del restablecimiento del orden democrático en Venezuela con base en la impunidad de la corrupción no tendría ningún sentido.
-Nosotros creemos en la posibilidad de que haya un proceso de recomposición de actores, en función de la aprobación de un acuerdo de tres o cuatro puntos fundamentales; para el restablecimiento del orden en Venezuela. En eso no hay duda; pero de lo que sí estamos seguros, es que uno de los puntos no puede ser la impunidad de la corrupción.
-Aquí todo el que tiene que pagar algo, tendrá que hacerlo. Una cosa distinta es una confrontación; una guerra civil, que se pone fin con un acuerdo, como el que se acaba de celebrar en Colombia, y otra cosa es poner fin a una guerra, que se ha dado en Venezuela, entre los que más tienen y los que menos tienen; que ha generado una situación de depauperación absoluta de nuestro país con permisividad y gran impunidad. Son dos términos, absolutamente, distintos.
-Aquí una amnistía de la corrupción sería el fracaso del modelo democrático; sería el fracaso del modelo de Estado y sería el fracaso de la posibilidad de que existan dirigentes políticos que, realmente, puedan hacer la defensa de un pueblo, que hoy lo primero y lo que más reclama es la necesidad de superar el problema de la corrupción en el país.
DC|ND