Casi seis meses después de que las delegaciones de paz del Gobierno y el ELN dieran a conocer la agenda de diálogos, en marzo pasado, finalmente las partes dieron la noticia esperada: el 27 de octubre, en Quito, Ecuador, se instalará la mesa de diálogos con la segunda guerrilla del país. Una noticia que de seguro impacta positivamente el empantanado proceso de paz con las Farc, pues el hecho de que se llegue a un acuerdo final con toda la insurgencia, despeja el panorama a la hora de la implementación en los territorios y compromete al Gobierno a buscar una salida jurídica a la derrota del 2 de octubre en el plebiscito refrendatorio. (Vea el especial sobre el conflicto con el ELN)
Los diálogos exploratorios con el ELN se desarrollaron entre enero de 2014 y marzo de 2016 en Ecuador, Brasil y Venezuela. El resultado fue una agenda de seis puntos, entre los que están: participación de la sociedad; democracia para la paz; transformaciones para la paz; víctimas; fin del conflicto; e implementación de los acuerdos. Asimismo, el acuerdo contiene una serie de principios metodológicos que sientan las bases del funcionamiento de la mesa. Dice, por ejemplo, que cada delegación tendrá hasta 30 representantes y que en la mesa podrán participar hasta diez voceros, de los cuales, cinco son principales y los otros suplentes.
En dicho documento, que se concretó el 31 de marzo de 2016, también se informa que la mesa de diálogos con esta guerrilla se desarrollará en cinco países: Ecuador, Venezuela, Chile, Brasil y Cuba. Y que los gobiernos de estas naciones, junto a Noruega, serán los garantes del proceso de paz. De igual forma, el acuerdo determina que al final de cada ciclo, que según conoció El Espectador será de seis semanas ininterrumpidas, se presentará un informe conjunto que dará cuenta de lo ocurrido durante las sesiones.
Valga la pena recordar que la mesa de negociación con el ELN ha estado congelada por cuenta de los secuestros extorsivos realizados por la organización insurgente. Ante lo cual, el propio presidente Santos advirtió que si no liberaban a los secuestrados y le ponían fin a dicha práctica, la mesa no se instalaría. Esto tuvo en vilo el proceso por cerca de seis meses, pero finalmente el ELN cedió y liberó a varias de las personas que mantenía en cautiverio.
Y es que hace poco más de quince días, el presidente Juan Manuel Santos sostuvo que si esta guerrilla liberaba a todos los secuestrados, instalaría la mesa de diálogos a la semana siguiente. La guerrilla aceptó la invitación y a través de su cuenta en Twitter señaló que estaban listos para la mesa de diálogos. Pocos días después se conoció que en área rural de Arauca el Frente Domingo Laín dejó en libertad a Diego José Ulloque, un joven empresario de la región. Posteriormente, en Saravena, también Arauca, fue entregado al Comité Internacional de la Cruz Roja el exalcalde de Charalá (Santander) Fabio León Ardila, quien estuvo secuestrado por más de tres meses. Y finalmente, este lunes, en Fortul (Arauca), el ELN puso en libertad a Nelson Alejandro Alarcón.
Con este, son tres los civiles liberados, y aunque se dice que aún tienen cinco civiles más en cautiverio, los gestos demuestran la disposición de paz de esta guerrilla. Incluso, el hecho de que las liberaciones se produjeran en Arauca da un mensaje claro. Mucho se rumoró acerca de que dentro del ELN había una división y que Gustavo Aníbal Giraldo, alias Pablito, comandante del Frente Domingo Laín, se oponía a la negociación. Pero con las liberaciones se da una señal de que el ELN está unido y listo para la paz.
Aunque no fue fácil llegar a este punto. Mientras en La Habana la mesa de diálogos con las Farc avanzaba a toda marcha al acuerdo final, el proceso con el ELN no despegaba. En los primeros meses de esta año se rodó la información de que la agenda de diálogos estaba completamente pactada y que el inconveniente era la sede donde funcionaría. Se dijo en ese momento que el ELN pedía que la mesa se instalara en Venezuela, ya que este país acogió la fase exploratoria y los primeros contactos se dieron en torno al fallecido presidente de Venezuela Hugo Chávez.
A finales de marzo salió humo blanco de Caracas y en una rueda de prensa organizada en pocas horas, las partes dieron a conocer la agenda de negociación e informaron que muy pronto se conocería la fecha de instalación. Pero la guerra embolató el anuncio de paz. La liberación del empresario Ramón Cabrales resultó ser no un gesto de paz, sino el pago del secuestro. También vinieron las presiones para que liberaran al excongresista Odín Montes de Oca, quien permanece en cautiverio desde abril de este año.
Eso hundió la mesa en una compleja situación, más cuando con las Farc se avanzaba en la recta final y necesitaba toda la atención por parte del Gobierno. Tan delicado estuvo el proceso, que el presidente tuvo que replantear el equipo negociador. Frank Pearl, quien encabezaba la delegación, tuvo que dedicarse a los diálogos de La Habana y en su reemplazo entró Mauricio Rodríguez, exembajador y cuñado del presidente Santos. Lo acompañaron el general (r) Eduardo Herrera Berbel, el excomisionado de Paz José Noé Ríos y Jaime Avendaño.
Lo que viene será la instalación de la mesa, a finales de octubre, para cuando el presidente Santos tendrá que haber definido la recomposición del equipo negociador, pues ya se sabe que Pearl no va más como jefe negociador. Incluso, para reemplazarlo suena el exvicepresidente Gustavo Bell, quien en estos años se ha desempeñado como embajador de Colombia en Cuba y ha jugado un papel crucial en el proceso de paz con las Farc. El resto será iniciar los diálogos formales y, según se dice, la primera en semana de noviembre se realizará el primer ciclo de conversaciones.
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