¿Qué hizo? Posó en todos los lugares que visitó con la leyenda “Mama, I’m Fine” (“Mamá, estoy bien”), y se las envió a la insegura susodicha.
Antes de cada viaje, las recomendaciones de las madres: “Cuídate; no corras riesgos; preocúpate de tu salud; no recibas nada de extraños; no…“. Y cuando el hijo ya arribó a su destino: “¿Llegaste bien?, ¿Estás bien?,¿Necesitas algo?, ¿Por qué no llamas? ¿Por qué…?“.
Las madres siempre están preocupadas cuando sus hijos andan de viaje. Siempre. Y para tratar de lidiar con aquello, el ciudadano del mundo Jonathan Quiñonez encontró una fórmula tan eficaz como lúdica, capaz de dejar contentos a ambas partes.
¿Qué hizo? Posó en todos los lugares que visitó con la leyenda “Mama, I’m Fine” (“Mamá, estoy bien”), y se las envió a la insegura susodicha. A veces, elevó pancartas; en otras, le pidió ayuda a otras personas para lograr el cometido. El mensaje se debía leer claro y bien.
De cualquier forma, la preocupación de la madre tenía justificación. Quiñonez un día optó por renunciar a su trabajo de consultor en Bruselas (Bélgica) para irse de viaje por el mundo. La historia la cuenta en Today.com.
“Me sentía con exceso de trabajo, cansado. No estoy casado, yo no tengo hijos, así que es ahora o nunca“, se dijo Quiñonez antes de emprender el rumbo. Y hoy, como huellas de esa ruta, se leen las fotografías que a su madre tanto tranquilizaron. En su cuenta de Instagram @momimfine podrás ver las demás fotografías
DC | Agencias