La candidata demócrata a la Casa Blanca, Hillary Clinton, deploró este miércoles en Florida que su rival republicano, Donald Trump, se jacte de no haber pagado impuestos durante veinte años, mientras que los «sin papeles» sí contribuyen con sus ingresos.
Clinton aprovechó además la inauguración este miércoles en Washington DC de un nuevo hotel propiedad de Trump para acusarle de querer la «deportación masiva» de trabajadores indocumentados, que, afirmó, son empleados en sus proyectos y que, en su mayoría, pagan impuestos.
«Los indocumentados han pagado más impuestos que Trump en veinte años», exclamó Clinton en un acto electoral celebrado en la localidad de Lake Worth, en el condado de Palm Beach (costa sureste de Florida).
La ex secretaria de Estado tuvo, minutos antes, palabras de elogió par el cocinero español José Andrés, quien rompió un acuerdo al que había llegado con el magnate para gestionar el restaurante del Trump International Hotel, en Washington, por sus polémicos comentarios contra los mexicanos y los inmigrantes indocumentados.
Cerca de 11 millones de inmigrantes indocumentados que viven en Estados Unidos pagan 11.600 millones de dólares anuales en impuestos locales y estatales, según un estudio del Instituto de Política Fiscal y Económica (ITEP) publicado este año.
«Él (José Andrés) tuvo el coraje de alzar su voz contra Donald Trump por su política antiinmigrante y se negó a abrir un restaurante en un hotel» del millonario neoyorquino, expresó con admiración la aspirante demócrata a la Presidencia.
«Donald Trump está no solo equivocado, sino peligrosamente equivocado», aseveró Clinton.
Clinton arrancó su mitin de campaña con una andanada directa a su adversario republicano: «No podemos tolerar que alguien que se postula a la Presidencia mine y cuestione el fundamento de nuestros valores democráticos», dijo, para tachar a continuación a Trump de «oscuro, peligroso y divisor».
Y fue más allá al asegurar que una potencial victoria del magnate de los bienes raíces y dueño de casinos sería un «ataque sin precedentes a la democracia».
En ese contexto de amenaza que, a su juicio, entraña Trump para la democracia estadounidense, Clinton puso en duda que su adversario político haya leído la Constitución o, en caso de que sí lo haya hecho, fuera en el colegio y no la hubiese entendido entonces.
Un comentario mordaz con el que la candidata demócrata puso el foco de la atención en el supuesto déficit de entendimiento democrático que muestra Trump sobre el proceso electoral en el país.
Las elecciones en Estados Unidos son «libres y justas», apostilló Clinton, en referencia a los ataques de Trump a la validez del sistema democrático y a sus continuas referencias a un fraude electoral.
Cargó también contra el gobernador de Florida, el republicano Rick Scott, por negarse a utilizar la palabra «cambio climático» precisamente en un estado, dijo, donde se registran continuas inundaciones de las calles no por la ruptura de una tubería, sino por la subida del nivel del mar.
«Este es el ‘estado del sol’ y me entristece lo que pasa con la energía solar», su escaso aprovechamiento en comparación con otros estados, como Massachusetts, dijo.
Hasta setiembre pasado más de 12,6 millones de floridanos estaban registrados para las elecciones, entre ellos más de 4,8 millones de demócratas, 4,5 millones de republicanos y 3,3 millones de seguidores de partidos menores, según datos oficiales.
El candidato presidencial que gane en el territorio floridano se lleva 29 votos o circunscripciones electorales, una cifra que puede marcar la diferencia este 8 de noviembre.
La ex secretaria de Estado mantiene una ventaja de 1,6 puntos sobre Trump en el estado clave de Florida, según el promedio de encuestas elaborado por RealClearPolitics.
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