Atenas se prepara para recibir este martes la visita de Barack Obama, la primera de un presidente de Estados Unidos a Grecia en 17 años, con la que comienza la que previsiblemente será su última gira internacional antes de dejar el cargo a finales de enero.
Más de 3.000 policías griegos y 500 agentes de seguridad estadounidenses se han hecho con el centro de la ciudad, que durante ese día y hasta su marcha el miércoles se convertirá en un bastión infranqueable para las diversas manifestaciones que se están preparando y que forman parte del antiamericanismo arraigado profundamente en la sociedad.
Y eso que Obama tiene previsto lanzar un mensaje de apoyo a un pueblo vapuleado por la crisis, con una nueva petición para que los acreedores aprueben el alivio de la deuda helena, una de las principales reivindicaciones del Gobierno de Alexis Tsipras, con quien el presidente se reunirá en su primera jornada de visita.
En una entrevista con la edición dominical del periódico Kathimeriní, Obama animó a los griegos a continuar por el camino de las reformas, pero al mismo tiempo recalcó la necesidad de dar «esperanza» al pueblo mediante un alivio «significativo» de la deuda pública helena.
Este será previsiblemente también el principal mensaje durante su visita a Atenas, que tendrá lugar antes de continuar viaje a Alemania, el país europeo que mas se resiste a abrir ese debate.
El Gobierno griego ha dado mucha importancia a este aspecto y el portavoz del Ejecutivo, Dimitris Tsanakópulos, señaló con vistas a la visita que «las declaraciones del presidente Obama no son nunca una simple declaración sino una presión política para que el tema de la deuda pueda ser resuelto».
DC | EFE