Un helicóptero de la Policía de Róo de Janeiro cayó este sábado cerca de la favela Cidade de Deus o Ciudad de Dios, causando la muerte de los cuatro agentes que viajaban a bordo tras una jornada de intensos tiroteos en la zona, informaron fuentes policiales brasileñas a la AFP.
«No tenemos todavía información de las causas, va a abrirse una investigación», dijo un portavoz de la Policía, que confirmó que durante la jornada hubo operaciones de las fuerzas de seguridad en esta favela de la zona oeste de la ciudad.
En imágenes filmadas por testigos y emitidas por los medios brasileños puede verse cómo el helicóptero comienza a caer girando sobre sí mismo en el cielo grisáceo del fin de la tarde.
En otro segmento publicado por el sitio UOL se escucha el estruendo de los cruces de tiros desde una de las avenidas principales de la comunidad.
La jornada fue de alta tensión en esta zona densamente poblada. Los tiroteos obligaron a cortar el tránsito de la Línea Amarilla, una de las vías rápidas más importante de la ciudad.
El primer corte ocurrió en la mañana, mientras que en la tarde se registró otro intenso cruce de disparos. Ese último enfrentamiento habría comenzado después de que narcotraficantes bloquearan una de las avenidas y prendieran fuego en basuras y neumáticos, según informaron fuentes de la Unidad de Policía Pacificadora (UPP) al diario Folha de Sao Paulo.
Con 6,5 millones de habitantes y enorme desigualdad social, Rio enfrenta altos niveles de criminalidad alimentados por bandas de narcotraficantes fuertemente armados.
A partir de 2008, las fuerzas de seguridad han ocupado varias favelas que estaban en manos de narcos desde hacía 30 años y desplegaron las llamadas UPP (Unidades Pacificadoras) en 264 de esas barriadas carenciadas, en las que viven más de un millón y medio de personas, casi un cuarto de la población del estado de Rio.
Pese a que cerca de 10.000 efectivos operan en esos territorios, grupos de narcotraficantes aún continúan intentando retomar el control de algunas favelas, y esa contraofensiva se hizo más visible con la crisis económica que vive el país y la bancarrota financiera de este Estado, el segundo más rico y poblado de Brasil.
Uno de los artífices de la estrategia de despliegue de las UPP, el secretario de Seguridad José Mariano Beltrame, renunció en octubre a su cargo tras diez años en el puesto.
AFP