El papa Francisco cerró el domingo la Puerta Santa de la basílica de San Pedro del Vaticano, poniendo fin oficialmente al Año Santo de la Misericordia que declaró para resaltar esa virtud.
En su homilía durante una misa en la plaza de San Pedro, el papa dijo que si bien el año de plegarias y encuentros especiales ha terminado, la gente nunca debe cerrar «las puertas de la reconciliación y el perdón».
Lo importante, señaló, es saber «cómo ir más allá del mal y de las diferencias».
El Año Santo, que comenzó el 8 de diciembre de 2015, atrajo unos 20 millones de peregrinos a Roma, donde pasaron por la Puerta Santa en el Vaticano y otras basílicas de Roma. Los católicos de todo el mundo también podían hacerlo en iglesias más cercanas.
Francisco ha hecho de la reconciliación y el perdón dos temas centrados de su papado.
AP