El paludismo cobró otra víctima en Puerto Libre, comunidad popular adyacente al centro de Puerto Ordaz, estado Bolívar. Tres muertes por malaria y dengue desataron una protesta vecinal la semana pasada, en la que los residentes reclamaban fumigación, atención médica y saneamiento de la comunidad.
Las respuestas llegaron a medias por parte del Distrito Sanitario N° 2 Caroní. Entre tanto, Zuleima Bello, quien tenía más de una semana en terapia intensiva del hospital Uyapar con “malaria cerebral”, falleció el fin de semana. “Se le complicaron los riñones… no aguantó más”, reveló un vecino y amigo, Alberto Guerrini.
Son más de 60 casos, entre paludismo y dengue, que mantienen en vilo a Puerto Libre. La malaria se ha llevado a tres. El dengue a uno solo. Los residentes denunciaron, al momento de la protesta del 15 de noviembre, la poca accesibilidad al tratamiento debido a la escasez y, además, la lejanía de los ambulatorios que los dispensan.
El jefe del Distrito Sanitario N° 2, Manuel Maurera, explicó que para atender a Puerto Libre, se habilitó el Centro de Diagnóstico Integral (CDI) de Castillito, así como el hospital de Ferrominera, más próximos a la comunidad.
“Ha habido incomodidades en el sitio, me han dicho algunos vecinos, porque a veces no tienen los medicamentos completos. Ellos tienen, pero al perecer se agota”, explicó Guerrini, refiriéndose al CDI. En cuanto al hospital de Ferrominera, “ellos le dan prioridad a quienes quieren”.
Vale recordar que a mediados de año, pacientes palúdicos protestaron en los módulos de Manoa y Pozo Verde, únicos dispensadores del tratamiento y las pruebas de diagnóstico en ese entonces, por falta de medicamentos (primaquina y cloroquina) y reactivos.
Maurera asegura que, para la fecha, sí hay tratamiento suficiente para atender a los enfermos y que, en toda la ciudad, están habilitados los siguientes puntos para atender paludismo: ambulatorios de Vista al Sol, Manoa, urbanización Gran Sabana, Pozo Verde, Río Claro, Mina Abajo y Las Mulas; y los hospitales Dr. Raúl Leoni, Uyapar y Ferrominera Orinoco.
El aumento de puntos de atención a pacientes palúdicos da cuenta de la extensión de la enfermedad que antes solo se circunscribía al sur del estado Bolívar y, en el caso de Caroní, solo en las parroquias rurales.
Agravantes
“El paludismo no es una enfermedad endémica de Caroní, es traída del sur, porque el mosquito plasmodium es selvático (…) lo que se tiene que trabajar siempre es el diagnóstico oportuno. Las personas no pueden acudir a buscar ayuda con un cuadro febril que tiene 15 días ya, porque trae complicaciones”, dijo Maurera refiriendo los factores de riesgo de la enfermedad que causan la muerte.
Expresó que debe haber un mayor control epidemiológico dentro del estado. “A las personas que vienen del sur (minas de Tumeremo), se les tiene que indicar allá su tratamiento y tienen que seguirlo. El diagnóstico oportuno es vital”, dijo Maurera. Las comunidades asentadas a orillas del río Caroní son las más vulnerables.
Como prevención, recordó que las jornadas de fumigación se hacen continuamente en la entidad. En Puerto Libre se acordaron jornadas semanales, que comenzaron el martes 15 de noviembre. Sin embargo, Guerrini indicó que hacía más de cinco años que el Estado no fumigaba la comunidad.
Maurera fue celoso con las cifras de contagiados en el municipio Caroní, pues el número de casos –evidenciados en protestas ciudadanas- ha crecido más que cualquier otro año. “Insisto en el tema de la prevención. En Puerto Libre se conversó con los vecinos, se les dijo que deben colocar telas metálicas en las ventanas porque los mosquitos pican es en la noche y en la madrugada”.
Mal persistente
Venezuela permanece en estado de epidemia de malaria, concentrando la inmensa mayoría de los casos en el estado Bolívar. En agosto de este año, la Red Defendamos la Epidemiología alertó del incremento de contagios en 72 por ciento, entre 2015 y 2016.
De continuar la tendencia, las cifras de pacientes palúdicos sobrepasarían los 300 mil en toda Venezuela. La protesta de Puerto Libre, comunidad nunca antes aquejada así por la enfermedad, confirma la galopante expansión de una enfermedad que, anteriormente, se confinaba a la selva.
Según la Organización Mundial de la Salud, entre el 2000 y el 2015, la incidencia mundial del paludismo se redujo en 37 por ciento, mientras que la mortalidad disminuyó en 60 por ciento. El 88 por ciento de los casos y el 90 por ciento de muertes se concentraron en la región del África subsahariana. Las cifras de Venezuela representan un retroceso considerable en políticas sanitarias mundiales.
“La verdad es bastante sorprendente y lamentable que la comunidad haya caído en este problema. Esta mañana fue el sepelio de Zuleima, una vecina de años”, dijo Guerrini, ampliando que en Puerto Libre incluso hay casos de personas que padecen, al mismo tiempo, paludismo y dengue. Confían que la fumigación sea semanal como acordaron, y que los medicamentos lleguen a tiempo a los enfermos.
El Distrito Sanitario y el Ministerio de Salud se abstienen de hacer públicas las cifras de malaria.
DC|El Pitazo