El superintendente de la Sundde, William Contreras, anunció que se desplegarán 2.040 funcionarios para realizar fiscalizaciones en establecimientos comerciales, previamente seleccionados, en todo el territorio nacional en aras de sancionar a empresas que adelanten efectivo sin autorización.
Contreras explicó que en los operativos se atenderán tres puntos específicos: el condicionamiento de las ventas por parte de los comercios, los altos precios de los productos importados y la práctica de adelanto de efectivo implementada en algunos locales comerciales sin la debida autorización.
Precisó que muchos negocios imponen la compra de productos a sus clientes como un requisito para acceder a los artículos de primera necesidad con precios regulados. “Algunas empresas consideran que ellas están fuera de la ley y eso no es así. Vamos a aplicar la ley”, sentenció Contreras.
En cuanto a la práctica de adelantar efectivo, señaló que esta operación es ilegal, pues, en el país, además de los bancos, solo hay tres empresas autorizadas por la Superintendencia de las Instituciones del Sector Bancario de Venezuela (Sudeban) para suministrar dinero en efectivo a sus clientes sin el cobro de comisión: Rattan, Farmatodo y Locatel.
Explicó que una de las estrategias aplicadas consiste en no recibir la tarjeta de alimentación para la compra de productos y sí para realizar adelanto de efectivo. Relató que durante un recorrido realizado por los estados Táchira y Mérida se comprobó que hay comercios que cobran hasta 25% de comisión para facilitar efectivo a sus clientes.
La selección de los locales se realizó con base en las denuncias colectivas e individuales, la inteligencia social y el levantamiento de información realizado por los equipos de la Sundde, precisó Contreras.
El superintendente dejó claro que el problema en sí no es el «adelanto de efectivo sino el cobro de algún tipo de comisión por el servicio. Esta práctica se ha hecho frecuente, en parte, debido a la proximidad del periodo decembrino, época en la que la mayoría de las personas requieren de grandes cantidades de efectivo para realizar las compras de fin de año.
De acuerdo con Contreras, en muchos casos, el adelanto de efectivo está asociado con prácticas de evasión fiscal, dado que las operaciones comerciales no quedan registradas en la contabilidad del comercio. Asimismo, lo relacionó con el bachaquerismo.
“Tengo una charcutería y compro billetes al 2% para ofrecer avances de efectivo, lo cambio al 6% y obtengo 4% de ganancia; un señor me trae el dinero. Diario pueden venir como cuatrocientas personas, solo a ‘raspar’, lo que sería cerca de un millón de bolívares. La mayoría de los clientes vienen con tarjetas de cestatiques”, así describió Roberto García, dueño de un establecimiento comercial, la última forma de negocio que adoptó en su local.
García detalló que solo aceptaba de su “proveedor” billetes de 50 y 100 bolívares; y cuando se trata de billetes de 20, hasta 30 mil bolívares para evitar quejas de sus “compradores”, quienes en su mayoría rechazan las unidades de baja denominación.
Esta nueva arista del “avance de efectivo” cobra fuerza debido a las restricciones de dinero en los cajeros y en las taquillas bancarias que solo entregan hasta 40 mil bolívares (como máximo), por lo que los zulianos recurren al comercio más cercano para obtener sus fondos. El resultado: la creación de toda una cadena de intermediarios que sacan provecho monetario de la situación.
DC|Panorama