Las japonesas tienen rutinas de belleza de las que deberíamos aprender las occidentales: desde cómo se alimentan, a la paciencia y dedicación con la que se realizan la limpieza facial en base a aceites naturales y masajes lentos.
A este minucioso y elaborado ritual, que está dividido en varias etapas, se lo llama layering (palabra inglesa que significa justamente eso: superposición de capas). Cada uno de los pasos que compone el layering atiende a un cuidado específico. El layering capilar, se divide en cinco etapas: el baño de aceite, doble shampoo, desenredado, cuidados para el brillo y secado y peinado.
Hoy les revelamos una de las claves de las japonesas para no tener frizz: el kushi, un peine de madera con púas largas que desenreda el cabello con delicadeza y evitando la electrificación que sí se produce con los peines y cepillos de plástico.
Dicen que las geishas embeben el kushi con unas gotas de aceite de camelia. Así que, ¡a ponerlo en práctica!
Agencias