Cientos de personas desafiaron hoy la fuerte lluvia que azotó Buenos Aires para celebrar la XXV Marcha del Orgullo LGTBQI en la que reivindicaron una ley antidiscriminatoria más efectiva que termine con la homofobia y proteja, especialmente, a transexuales y travestis en el país.
«Hoy se celebra la diversidad» mediante «una marcha con una consigna sumamente política» porque gritamos «ley antidiscriminatoria ya, basta de violencia institucional» y «basta de asesinatos a personas trans», dijo en declaraciones a Efe Flavia Masencio, de la Federación Argentina de Lesbianas Gays Bisexuales y Transexuales (FALGBT), la principal impulsora del evento.
Pese a la intensa lluvia, en ocasiones torrencial, que cayó durante horas en la capital argentina, desde el mediodía decenas de personas comenzaron a congregarse frente a la Casa Rosada, sede del Gobierno argentino, en la emblemática Plaza de Mayo, donde se colocaron varios puestos y un escenario al que se subieron grupos de música y representantes de distintos colectivos.
Sin embargo, el clima no fue un problema para las cientos de personas de todas las edades, en familia o entre amigos, que se fueron acercando a lo largo del día para bailar y celebrar rodeadas de imponentes imitadores de policías y bomberos, princesas, unicornios, y de un gran número de altas mujeres transexuales y travestis de cuidadas melenas y largos vestidos fosforescentes.
La purpurina, los colores chillones, el confeti y las espumas lograron vencer a primera hora de la tarde a la tormenta, que comenzó a perder intensidad y dio un respiro a una plaza cada vez más repleta de gente.
Desde allí, algunos con paragüas o chubasqueros hasta los pies, otros semidesnudos y envueltos en una bandera o embadurnados en pintura de colores, esperaron mientras salían la media docena de carrozas que se dirigieron a la sede del Congreso argentino, frente al que tuvo lugar el acto final, en el que hubo reconocimientos y «abucheos» a figuras políticas, sociales y judiciales del país.
Uno de los mayores reclamos que fue repetido durante todo el día fue la protección a las personas transexuales, que, según apunta Masencio, dentro de la población LGBT, «son el grupo más vulnerado» y «más expuesto a la violencia», ya que muchos de ellos trabajan en la calle.
A su juicio, durante los últimos tiempos, han sufrido una gran «discriminación» y han sido víctimas de asesinatos con «muchísima saña». Fueron «con odio, realmente», agrega.
Masencio, que es también coordinadora de la Defensoría LGTB en la ciudad de Buenos Aires, cree que es necesario dar «visibilidad» a las personas trans porque «cuesta mucho» que la Justicia argentina considere crímenes de odio o feminicidios sus asesinatos, ocho este año, según las organizaciones sociales.
Por otro lado, los asistentes hicieron un especial hincapié en que se amplíe la actual ley antidiscriminatoria (que es del año 1988) e incluya pretextos como la diversidad y la orientación sexual o la identidad de género.
Para la integrante de la FALBTB, es esencial que esto vaya acompañado de instituciones y políticas que detecten y prevengan la discriminación pero, sobre todo, que la sancionen no sólo con multas sino con un proceso de «reaprendizaje» que ayude a entender y reflexionar al agresor el por qué de su conducta homófoba.
Por su parte, la secretaria de la Mujer de la Asociación de Personal Legislativo (APL) del Congreso argentino, Gladys Eva Benítez, señaló a Efe durante la marcha que la mayoría de los legisladores que actualmente están en el cargo apuestan por que «no haya más discriminación».
«Reivindicamos todos los derechos» y «estamos acá porque tenemos que estar todos juntos (…), aunque llueva a mares», apuntó antes de insistir que aunque los prejuicios existen «en todas partes del mundo», es necesario tomar conciencia en el país austral para que haya inclusión real.
«Somos todos seres humanos iguales y tenemos los mismos derechos», sentenció.
DC|EFE