Venezuela apela prohibición a sede de Copa Davis
La Federación Venezolana de Tenis (FVT) apeló hoy la decisión del rector mundial de la disciplina, que vetó la sede de Isla Margarita donde la nación sudamericana recibiría a Bahamas en febrero próximo por el Grupo II de la Zona Americana, y se mostró esperanzada en que el organismo «recapacite».
«Hoy apelamos, y ahora debemos esperar 10 días para que se conozca el resultado de la apelación. Hemos pedido que se respete la sede, porque creemos que no hay argumentos para suspenderla, aunque respetamos este punto de vista. Esperamos que (la Federación Internacional de Tenis) recapacite», dijo a Efe el presidente de la FVT, Luis Contreras.
El directivo añadió: «Ellos presumen que puede ocurrir alguna situación violenta, pero nosotros ya hemos organizado otros eventos sin complicaciones».
La propia FVT informó el domingo de que la Federación Internacional de Tenis (ITF por sus siglas en inglés), atendiendo la recomendación de una compañía de «asesoría de control de riesgos», decidió vetar a Venezuela como sede para el choque contra Bahamas alegando razones de seguridad.
Venezuela tampoco podrá organizar el torneo juvenil que estaba pautado para la primera quincena de enero en Caracas.
La decisión de la ITF no es una novedad para la FVT, que en septiembre pasado vio suspendida su sede como local y tuvo que viajar hasta Perú para disputar la final del Grupo II de la Zona Americana de la Copa Davis.
«Sí, no es la primera vez que nos vetan una sede», se quejó Contreras.
La inseguridad ciudadana es uno de los principales problemas en Venezuela y, según un sondeo divulgado en septiembre pasado sobre delito organizado -que impulsó la asociación civil Paz Activa con apoyo de la Unión Europea-, al menos tres de cada cuatro venezolanos cree que lejos de disminuir, el fenómeno apunta al alza.
Según el Observatorio Venezolano de la Violencia (OVV), en el país hay 82 asesinatos por cada 100.000 habitantes, la segunda cifra más alta en el mundo.
El Gobierno venezolano rebaja, sin embargo, ese indicador a 62 muertes violentas por cada 100.000 habitantes.
DC | EFE