La ONU aseguró este martes que los días en los que el grupo Estado Islámico (EI) controlaba territorio en Libia «se han acabado» tras la reconquista de la ciudad de Sirte, aunque advirtió de que los yihadistas siguen siendo una amenaza para el país.
«Los días del Estado Islámico controlando territorio en Libia se han acabado», dijo el enviado de las Naciones Unidas al país, Martin Kobler, en una comparecencia ante el Consejo de Seguridad.
La cita tuvo lugar un día después de que la alianza de milicias del oeste de Libia encabezada por las fuerzas de Misrata anunciase la reconquista del puerto mediterráneo de Sirte, que estaba en manos de la rama libia del grupo yihadista desde febrero de 2015.
«El Estado Islámico se ha reducido de toda Sirte a unos cuantos edificios», aseveró hoy Kobler, que destacó los grandes avances contra el terrorismo logrados en Libia en los últimos meses.
Además de la recuperación de Sirte, el diplomático alemán recordó que en la ciudad de Bengasi, donde el EI también mantiene posiciones, las fuerzas libias continúan progresando, tomando «área tras área».
Pese a esos resultados, Kobler advirtió de que los progresos «no son irreversible», por lo que subrayó que la recuperación económica de Sirte y Bengasi debe ser una prioridad para el próximo año.
Mientras tanto, el representante de la ONU admitió que la situación en Libia sigue siendo muy compleja y expresó su alarma por los combates entre milicias rivales registrados en Trípoli durante los últimos días.
Según dijo, esos acontecimientos y otros choques son «síntomas de la falta de seguridad y de las tensiones subyacentes entre comunidades» libias.
En ese sentido, llamó la atención sobre el problema de la abundancia de armas en el país y aseguró que éstas siguen entrando en el territorio pese a la existencia de un embargo.
«Las armas no caen del cielo. Llegan por mar o tierra», señaló Kobler, que defendió que mientras Libia no tenga un aparato de seguridad coherente, el embargo debe continuar y ser aplicado.
En el plano político, Kobler insistió en que el acuerdo impulsado por la ONU es «la única alternativa» y que cualquier otra cosa supondría «caos» para el país.
DC | EFE