El presidente de Argentina, Mauricio Macri, aseguró que «someter a un pueblo» de la manera que lo hace el Gobierno venezolano, «por medio de la fuerza» y no dejando expresarse a los ciudadanos «es lo más cobarde que uno pueda hacer».
En rueda de prensa con su par chilena, Michelle Bachelet, con quien mantuvo una reunión bilateral, Macri se refirió a las declaraciones del dirigente chavista Diosdado Cabello, quien este jueves dijo que el embajador de Argentina en Venezuela debería irse del país después de que la canciller venezolana, Delcy Rodríguez, afirmara haber sido agredida por la policía en Buenos Aires.
La canciller venezolana dijo el miércoles en Buenos Aires que fue agredida por un policía a su llegada a la reunión y por un funcionario argentino, y aseguró que se trataba de «una venganza personal» del presidente argentino, Mauricio Macri.
Al ser consultado por una periodista por esa supuesta agresión, Macri contestó irónicamente: «Yo pensé que había sido (la canciller argentina, Susana) Malcorra la que la golpeó».
«La verdad es que no es para tomarlo seriamente. Alguien no puede autoinvitarse a un lugar donde no ha sido efectivamente participado», señaló Macri respecto al viaje de Rodríguez a Argentina de esta semana, para tratar de acceder a una reunión del Mercosur a la que no fue invitada por estar Venezuela cesada del bloque.
«Pero esto es una anécdota menor frente a lo que está sufriendo el pueblo venezolano», agregó Macri, quien calificó como «algo triste» la «pobreza, el abandono y la falta de garantías sobre los mínimos derechos humanos» que en su opinión se está dando en el país gobernado por Nicolás Maduro.
«Desde el primer día hemos ratificado que creemos la necesidad que venezolanos pueden volver a decidir sobre su futuro», subrayó, convencido de que el Ejecutivo de Maduro está «desoyendo los pedidos» de los venezolanos, «que es lo más importante», pero también «los del mundo entero».
«Todos los días nos enteramos de nuevas imposiciones que castigan a un mas al pueblo venezolano. Y eso es realmente cobarde. Someter a un pueblo de esa manera por medio de la fuerza y no dejando expresarse es lo más cobarde que uno pueda hacer», aseveró.
Por su parte, Bachelet recordó que Chile es país asociado pero no miembro del Mercosur -bloque integrado por Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay y con Bolivia en proceso de adhesión-, pero afirmó que ese bloque «tiene estatutos y criterios de hoja de ruta que es lo que permite que se tomen decisiones».
Es así que entendió que «por unanimidad de los miembros» del organismo regional se ha tomado la sanción de suspensión de Venezuela.
«Por tanto, frente a ese tema no tenemos nada más que añadir», remarcó.
El pasado 2 de diciembre, los países del Mercosur comunicaron al país caribeño que cesaba de ejercer sus «derechos inherentes» como Estado parte por haber incumplido el Protocolo de Adhesión.
Venezuela, que se adhirió oficialmente al bloque en 2012, reitera que esta situación es ilegal ya que insiste en que el país se ha incorporado a un 95 % de la legislación que los Estados deben cumplir para su adhesión al organismo.
Bachelet señaló que Chile entiende «que el tema de Venezuela es soberanía del pueblo soberano resolverlo», aunque matizó que todos los países de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) están interesados en «poder apoyar los esfuerzos» del Vaticano junto con el secretario general de ese bloque, Ernesto Samper, «para encontrar salida que permita resolver conflictos por la vía pacífica y humanitaria».
DC|NTN24