Al término de los dos años de su gestión como embajador ante el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas, Rafael Ramírez, se dispone ceder el cargo al sucesor que designe la Asamblea General de la ONU para asumir la representación de América Latina y el Caribe a partir del primero de enero del venidero año 2017. Pero pese a que, en lo particular considera que el aporte del equipo venezolano que le ha tocado presidir en su misión ha sido favorable en la búsqueda de la paz mundial, se marcha con el sabor amargo que puede dejar la insatisfacción por los logros no alcanzados por esa herramienta diplomática a la que se aferra la humanidad. “Por supuesto que el Consejo no ha sido capaz de garantizar la seguridad y la paz del mundo”, dijo al respecto.
Los más recientes hechos de violencia, registrados en Turquía y Alemania, con el asesinato del embajador ruso en Ankara, Andreï Karlov, y la masacre perpetrada por el conductor de un camión en el popular e histórico mercado navideño de Berlín, ambos relacionados con situaciones presentes en gran parte del mundo y, de manera especial en los continentes asiático, europeo y africano, determinan que exista un gran escepticismo en el mundo en relación con la real efectividad de los mecanismos de seguridad de la ONU.
Por supuesto que no
En entrevista vía telefónica, desde su oficina en Nueva York, el ex presidente de Pdvsa y ex ministro de Petróleo, hoy en funciones diplomáticas, Ramírez se remonta a la invasión de Estados Unidos a Irak (2003), “con el propósito de derrocar a Saddam Husein, bajo el argumento de la presunta posesión de armas de destrucción masiva” y las subsiguientes acciones contra Libia, donde “el objetivo claro era derrotar y deponer a Muammar el-Gaddafi”, y posteriormente a “ese pilar del Medio Oriente que era Siria”.
Fue Estados Unidos y sus aliados (Gran Bretaña, Inglaterra y Francia), según Rafael Ramírez, el responsable de financiar y armar grupos terroristas, con el propósito de sacar del poder al mandatario, y que después de su asesinato, Libia quedó desmembrada en por lo menos tres gobiernos.
Argumentó que el vacío provocado en la región dio pie a que surgieran y se fortalecieran grupos terroristas, que sumado a la intervención de dicha alianza en Siria, además de países del Golfo Pérsico, en una guerra cruenta, dirigida a derrocar a gobiernos no afines a sus posiciones ideológicas e intereses geopolíticos, termina de desestabilizarse el Medio Oriente, lo cual, según Ramírez, dejó un terreno abonado para la insurgencia del terrorismo y los grupos extremistas, que se extenderían más allá de sus fronteras para conseguir su objetivo político. Además, vincula estos hechos con la exacerbación de las luchas religiosas en toda la región afectada por los conflictos, que permiten la aparición de grupos como el llamado Estado Islámico, entre otros, y cita los actos terroristas de mayor divulgación como los atentados en París y Bruselas, además de los mencionados al principio, y los que son permanentes en el oriente medio.
Por otra parte, reivindica los recientes triunfos de la federación ruso-siria en la reconquista de la ciudad de Alepo, como una “tremenda derrota en el terreno a esos grupos terroristas, como al Frente al Nusra y otros asociados a Alai, que con el apoyo de otros países entre ellos Estados Unidos, Francia e Inglaterra, han venido desarrollando una guerra sin ningún tipo de regla o parámetro sin otra consideración, una guerra muy cruenta contra el pueblo sirio”.
“Ahora, si el Consejo ha sido capaz o no de de garantizar la seguridad y la paz en todo este conflicto, por supuesto que no ha sido capaz. El Consejo está profundamente dividido en este tema porque los miembros permanentes, sobre todo Estados Unidos, Francia e Inglaterra toman partido por uno de los dos bandos. Y cuando el órgano que tiene que resolver este asunto es partidario de derrocar los gobiernos, entonces queda inhabilitado como organismo para cumplir con sus tareas como es prevenir los conflictos y preservar la paz”, agregó el embajador.
Trump: una expectativa positiva
̶ ¿Esperaría usted que Trump pudiera dar una nueva orientación a la política estadounidense a ese conflicto originado en el Medio Oriente?
̶ Habría que esperar a ver qué hace. Hay, en relación con él, cierta incertidumbre, algunas veces tiene actuaciones impredecibles; pero su discurso durante la campaña estuvo muy orientado en denunciar lo que él llamó una política errónea y catastrófica de EEUU sobre Medio Oriente. Hay que recordar que su contrincante en la campaña fue Hilary Clinton, quien fue Secretaria de Estado de Obama, y ella reivindicó su posición de intervenir y derrocar al presidente Gadafi. Obama admitió posteriormente que ese fue el peor error de su administración. Así es que Trump ha anunciado una mayor cooperación con la Federación, de manera que es lo que todo el mundo esperaría, y si se quiere derrotar a quienes actúan como una amenaza real, que tienen importantes territorios bajo su control y su mando, las distintas coaliciones integradas para enfrentarlas (la internacional, liderada por EEUU, y la integrada por Rusia y Siria), deben trabajar en conjunto para resolver este asunto. Pero hay una expectativa positiva en torno a lo que Trump ha anunciado respecto a su política hacia Siria, lo cual hay que esperar.
En Latinoamérica no hay amenaza
̶ Y en Latinoamérica y el Caribe, la región que usted representa, ¿dónde se denuncian actos de violencia común y delitos vinculados al narcotráfico, especialmente en Venezuela, existe o no amenaza contra la seguridad y la paz?
̶̶ Nosotros hemos trabajado en el tema, en relación con asuntos internos de Venezuela que llegan al Consejo y allí no se evidencia ninguna amenaza para la seguridad mundial; no llegan denuncias de lo que pueda significar amenaza para la paz. Nada de lo que está pasando en la región constituye una amenaza para el mundo. Sin embargo, puedo comentar como político en funciones en el área internacional, nuestra preocupación, especialmente con el ascenso al poder del presidente Macri, en Argentina; y con el golpe de Estado de Temer en Brasil, que hay una tendencia a desmantelar y debilitar los organismos regionales y subregionales que tanto trabajo nos ha costado crear y fortalecer, como es el caso de Mercosur; donde basado en un tecnicismo que fácilmente podría ser resuelto, se enmascara una decisión política de Argentina, Paraguay y Brasil de excluir a Venezuela del organismo. Son hechos muy graves porque debilitan a la región frente a los bloques económicos y políticos que están muy fortalecidos a nivel internacional. Por otra parte, nosotros tenemos que seguir insistiendo en que Unasur y el Sela, son nuestras instancias internacionales, porque la OEA hace tiempo que no nos representa, ya que se trata de un organismo que fue producto de la arquitectura de la guerra fría, de EEUU; y es algo que hemos superado. Por eso es muy importante cuidar y preservar nuestras instancias regionales y subregionales. Lo comento porque es otro problema muy grave que tienen otros países aquí, que forman parte de las Naciones Unidas, los cuales no tienen instancias para resolver sus problemas, y todo viene directamente a la ONU o al Consejo de seguridad.
Petróleo y seguridad
«Con base a nuestra experiencia y doctrina política inspirada en principios del Comandante Hugo Chávez, hemos dicho que un elemento fundamental para mantener la estabilidad política y evitar las intervenciones militares y los conflictos, es garantizar un desarrollo sustentable de los países. Por ejemplo, en el caso de África es terrible cómo las grandes transnacionales saquean aún hoy día los recursos naturales de esos países. Nosotros hemos llevado al seno de las Naciones Unidas, los ejemplos de lo que hemos hecho en Venezuela para recuperar nuestros recursos, en lo que hemos denominado la plena soberanía petrolera, pues creemos que es fundamental que los países reciban lo justo, lo correcto por el valor de sus materias primas, como palanca para superar nuestros problemas sociales y poder avanzar hacia la estabilización y el desarrollo integral de nuestras sociedades. Creo que con el acuerdo que se ha alcanzado en la Opep, con el retiro de 1.2 millones de barriles del mercado, así como de los países No-Opep de retirar 550 mil barriles diarios, se va en la dirección correcta. Hemos mantenido que se necesita de un fuerte acuerdo político entre sus beneficiarios y gobiernos para entender que el mercado petrolero no se puede dejar en el vaivén del libre mercado, porque es necesario entender que al mercado petrolero hay que intervenirlo con fuerza para garantizar un precio justo, lo contrario sería permitir el incremento de la inestabilidad social y política de los países dueños de esos recursos.
Tareas pendientes
Para el embajador Rafael Ramírez, entre las tareas pendientes de la Comisión de Seguridad de la ONU deben ser priorizadas en el período que se inicia: en primer lugar, la continuidad a las gestiones lideradas por su grupo de trabajo en el organismo, como hacer cumplir la resolución de la ONU que reivindica los derechos del pueblo palestino sobre su territorio; segundo, continuar el proceso que se lleva a cabo en el Comité de Descolonización para devolverle la independencia a la República Sahaurí, ocupada por Marruecos; tercero, eliminar las atribuciones asignadas a potencias europeas a través de los comités de sanciones, para mantener el monitoreo y tutoría sobre naciones en África que fueron sus colonias; cuarto, una actuación coherente y coordinada del Consejo en relación con los conflictos de Siria y Yemen; y en quinto lugar, continuar el seguimiento al proceso de paz que vive Colombia entre el gobierno y la guerrilla.
Seguir en la diplomacia
Finalmente, en relación con su destino inmediato explicó Ramírez que seguirá formando parte del equipo que, en el ámbito de la ONU, desarrolla actividades en seis comisiones, las cuales tienen entre otras funciones en materia de descolonización, la defensa de la territorialidad palestina y asuntos económicos y sociales.
DC|EU