El grupo yihadista Estado Islámico reivindicó este lunes el ataque contra una discoteca de Estambul, Turquía, en el que murieron 39 personas, mientras la policía turca seguía buscando al autor de la matanza.
En un comunicado difundido en las redes sociales, el grupo extremista afirmó que uno de los «soldados del califato» cometió el ataque en el club Reina, una exclusiva discoteca situada a orillas del Bósforo.
Según el último balance de las autoridades, 39 personas murieron y 65 resultaron heridas.
Los medios locales informan que los fallecidos son 12 turcos, uno de ellos con nacionalidad belga, y 26 extranjeros. Una víctima sigue sin ser identificada.
Entre las víctimas mortales, la mayoría oriundas de países árabes, figuran dos jordanos, tres iraquíes y tres libaneses, según las autoridades de los tres países.
Una franco-tunecina, una canadiense y una israelí perdieron también la vida en ataque.
«Vinimos para pasar un buen momento, pero de repente todo se volvió como una noche de horror», explicó a la AFP Maximiliano, un turista italiano.
«Oímos disparos de kalashnikov, pensamos que quizás era gente que había bebido demasiado y que se estaba peleando, pero la gente empezó a echarse al suelo», contó Albert Farhat, en la cadena libanesa LBCI.
El ataque suscitó una ola de reacciones de indignación en el mundo. Washington, Moscú, París y Berlín, así como el papa Francisco, lo condenaron con firmeza.
DC|Agencias