Aquel 23 de enero de 1958, la persecución a la disidencia, las condiciones económicas, políticas y sociales, estaban al punto de quiebre bajo un régimen dictatorial de carácter totalitario, dónde se cercenaba la libertad de expresión, de prensa, y la más importante: la libertad de elegir a quienes nos gobiernan.
Ésta fecha, el pueblo eligió la democracia sobre la tiranía, la corrupción y la represión que tanto daño le han hecho al pueblo, fue la motivación para que surgiera una explosión cívico-militar. El 23 de enero de 1958, es símbolo de los esfuerzos y los sacrificios que tuvo que hacer el país para rescatar y restablecer un verdadero sistema democrático, donde el malestar político, económico y social se sentía sobre todo el territorio. La iglesia, los partidos, los estudiantes, todos se movilizaron días previos para lograr un cambio. Un pueblo indignado, que un buen día decidió no aceptar más vejámenes y salió a las calles sin miedo.
La democracia, puede tambalear cuando los ciudadanos se entregan al miedo, y es que el cambio solo ocurre cuando la gente se involucra, se compromete y se une para exigirlo. Contamos con derechos inalienables, entre ellos la vida, la libertad y la búsqueda del bien común, cuando éstos son vulnerados, pisoteados y violados, es el deber del ciudadano alzar su voz de forma contundente, para restablecer el estado de derecho que hoy en Venezuela no existe.
Una Venezuela sumida en el caos, en la desidia, la represión y la persecución, que tuvo su fin y un nuevo comienzo el 23 de enero de 1958. En la Venezuela del 23 de enero de 2017, se repite el mismo escenario, pero agudizando el hambre, la escasez de medicamentos e insumos médicos y la agobiante inseguridad que cobran cada día más vidas de ciudadanos trabajadores, aunado a la irresponsabilidad e ineficiencia de un desgobierno (dictadura) abiertamente totalitario, la necesidad por recuperar nuestra democracia y libertad, deben convertirse en un asunto país.
Nosotros, el pueblo, mediante el instrumento de nuestra democracia, podemos formar una unión más perfecta, donde todos los sectores se vean representados y trabajen en conjunto por la construcción de un país de progreso, llegó la hora de defenderlo.
Este 23 de enero, los venezolanos debemos ir de forma pacífica y cívica a las calles exigiendo se respete nuestro derecho a votar, porque queremos botar a Nicolás. Y es con la presión en la calle, que lograremos cambiar a una dictadura por un gobierno verdaderamente democrático.
La sublime dignidad del hombre, como diría Simón Bolívar, hoy se ve pisoteada por otro seudodictador. A 59 años del renacimiento de nuestra democracia, está en las manos del pueblo recuperar su libertad y la tan anhelada calidad de vida que nos robó un desgobierno delincuente. Nos vemos en la calle.
DC / Orlando Chacón / Articulista. Estudiante. Dirigente Político PJ-Zulia. Luchador Social al servicio del cambio. Constructor de la Venezuela de todos /Orlandochaconc_@hotmail.com / @OrlandoChacon_