1. Baja productividad
El estrés es como una pesa atada a nuestro cuello. Entre más estrés tengas, más pesada se hará la pesa que cuelga de ti.
Un nivel saludable de estrés te provee la suficiente motivación para terminar tus deberes. Sin embargo, cuando el estrés se eleva a niveles no aceptables, tu habilidad de trabajar podría enfrentarse al declive.
Si notas que tu productividad ha disminuido unos cuantos días seguidos, deberías considerar relajarte un poco.
2. Negatividad crónica
Niveles elevados de estrés podría cambiar tu percepción de las cosas, haciendo que veas todo de manera más oscura y pesimista.
Estarás más propensa a quejarte, llorar, preocuparte y culpar a las demás personas por tus desgracias.
Si notas que tu actitud es parecida, debes de saber que estás experimentando más estrés de lo que puedes controlar.
3. Evitas la interacción social
La interacción social mantiene la vida de cada ser humano interesante y diferente. Platicar, hacer cosas con otros y pasar tiempo de calidad con amigos y familia son parte parcial de lo que nos mantiene sanos.
Si comienzas a sentirte sola y notas que has dejado de hablarle a tus amigos, deberías empezar a preocuparte.
4. Problemas de sueño
Existen periodos en los que un cambio importante en el trabajo o la llegada de un nuevo bebé, podrían causarte insomnio o problemas para dormir. Cuando tu estrés comienza a alterar tus horas de sueño, toda tu rutina se ve alterada.
5. Cambios de apetito
Muchas personas comen para vivir, mientras otras viven para comer. No importa en qué categoría estés, en algún punto te dará hambre y seguro hay algo que amas comer más que nada en el mundo.
Una persona que ha estado estresada por un excesivo periodo de tiempo, podría comenzar a experimentar cambios drásticos en su apetito. Algunos lo pierden y bajan de peso, mientras otros no pueden dejar de comer y ganan unos cuantos kilos de más.
Si tu apetito parece ir y venir, podría ser señal de problemas.
6. Libido reducido
El deseo sexual es parte fundamental de una vida saludable, y definitivamente un factor que alivia el estrés. Tener sexo provoca sentimientos de felicidad y una sensación de bienestar.
Cuando vives con mucho estrés, éste se ve reflejado en tu deseo sexual, y afecta en tu salud emocional y física.
La próxima vez que vivas un largo periodo sin ganas de vivir una noche loca con Brad Pitt, trata de relajarte un poco.
DC|Cosmopolitan