Nicolás Maduro cedió poderes especiales a Tareck El Aissami con lo cual ahora tiene facultades constitucionales y se comprueba una vez más, que se convirtió en una pieza importante del ajedrez político del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). En Venezuela no es algo nuevo que se potencie a un ministro o a un vicepresidente.
Desde su nombramiento como Vicepresidente de la República, El Aissami se acerca cada día más a Miraflores. Ahora, tiene autonomía y podrá aprobar jubilaciones especiales, responder a puntos de cuenta de entes descentralizados, declarar la insubsistencia de presupuestos ministeriales y exonerar parcialmente el Impuesto al Valor Agregado o el Impuesto sobre la Renta a sectores estratégicos, dictar decretos de expropiación, prorrogar la supresión de entidades estatales, liquidar entes descentralizados, aprobar o denegar puntos de cuenta ministeriales, entre otras funciones.
Si hacemos una lectura política de esta nueva decisión de Nicolás Maduro, vemos que se está impulsando el fortalecimiento de la imagen de Tareck El Aissami. Desde su designación como Vicepresidente ha servido para que se convierta en el enlace que une a las diferentes posiciones que hay dentro del PSUV. El Aissami se ha encargado de establecer relaciones con el ala civil del PSUV, que representan Nicolás Maduro y Aristóbulo Istúriz y con el ala militar, integrada por Diosdado Cabello y demás uniformados. Es el comodín del PSUV.
En la historia de Venezuela en los últimos 17 años, es la primera vez que un Presidente de la República toma una decisión de este tipo sin que existan circunstancias especiales que lo obliguen a otorgar mayor poder al Vicepresidente. En 2012 la enfermedad de Hugo Chávez lo obligó a tomar una decisión ejecutiva de este tipo y, en 2013, menos de una semana después de la muerte del Presidente.
Durante la enfermedad de Hugo Chávez Frías se potenció al vicepresidente de ese momento que era Nicolás Maduro, quien continuó ese período presidencial y se lanzó a una campaña investido de una banda que no le correspondía, lo que preparó el terreno para que este saliera favorecido en las elecciones presidenciales. En el mandato de Chávez también vimos cuando unificó funciones y Diosdado Cabello tuvo bajo su mando 32 entidades públicas que lo convirtieron en el «súper ministro».
Ahora vemos con «superpoderes» al Vicepresidente de la República, todo con el fin de que obtenga más protagonismo y pueda destacarse para presentarlo en algún momento como un candidato que representará a los sectores del oficialismo, porque con estas nuevas funciones quieren posicionar en la mente de los seguidores de la mal llamada revolución que El Aissami es el segundo al mando y que cuenta con todo el apoyo del Gobierno en sus decisiones.
Maduro está delegando sus funciones en el vicepresidente al igual que lo hizo su antecesor. Esta decisión nos confirma que abandonó su cargo tal y como lo declaró la Asamblea Nacional semanas atrás. Al separarse de sus funciones como Jefe de Estado, Maduro está abandonando su cargo y continúa cumpliendo su plan para que la dictadura avance en Venezuela.
Nuestro trabajo como Unidad Democrática es evitar que ese plan continúe su cauce. Afrontemos esta dictadura y rescatemos a Venezuela
¡Fuerza y Fe!
DC / Angel Machado / Abogado – Magíster en Gerencia Pública. Concejal de Maracaibo. Coord. Político de @VPZulia. Luchador incansable para lograr #LaMejorVzla / @AngelMachado10