El Chelsea ya acaricia el título de Premier League. El equipo de Antonio Conte ganó 3-1 al Arsenal para sacar a los Gunners de la carrera por el campeonato y dar otro paso de gigante hacia la gloria. Marcos Alonso, Eden Hazard y Cesc Fábregas marcaron los goles Blues para dejar los tres puntos en Stamford Bridge y consolidar todavía más su equipo al frente de la clasificación, 12 puntos por encima de los de Arsene Wenger y 9 de un Tottenham que hoy se mide al Middlesbrough en White Hart Lane.
El Arsenal salió al campo con intenciones de agarrar por la pechera a su vecino de Londres. Faltaban Cazorla, Xhaka, Ramsey y Elneny pero la valentía de Oxlade, Ozil y Alexis Sánchez en los primeros 10 minutos del partido hicieron imaginar una mañana alegre para los Gunners. Fue todo lo contrario.
El Chelsea demostró otra vez más que no gana el que más golpea sino el que lo hace más fuerte y, a los 12 minutos, destruyó en pedazos el plan de Wenger con un polémico gol de Marcos Alonso. Fue precisamente el poderío físico del lateral español el que decantó la balanza a favor de los Blues. La puso Pedro desde el extremo, remató Diego Costa al larguero y Marcos se incorporó como un toro desde el extremo para cabecear a la red el 1-0. Por el medio, se llevó a Hector Bellerín en lo que la afición del Arsenal entendió como una clara falta a su lateral. Marcos llegó mucho antes al salto pero, en su ímpetu por hacer el 1-0, dejó el codo en la barbilla de su compatriota y lo mandó mareado a los vestuarios.
El árbitro no vio más que un choque de trenes entre dos colosos y dio por bueno un gol que cambió de manera definitiva el sino de partido. El Arsenal envalentonado del inicio de partido era ya otra vez el flan que pareció hace sólo unos días en la derrota por 1-2 ante el Watford.
La retirada de Bellerín sólo hizo que acentuar esa debilidad para disfrute de un Hazard con la bombilla encendida. El belga lideró la mejoría de su equipo en una exhibición de recursos sin precedentes. Fue extremo y mediocentro, lateral e incluso delantero. Se pareció, por momentos, al nuevo Lionel Messi y volvió a recordar a aquel jugador que hace dos temporada se proclamó mejor jugador de la Premier.
Costa y Pedro perdonaron el 2-0 antes del descanso mientras el Arsenal tuvo también ocasión de meterse en el partido en sendas grandes ocasiones aislada de Gabriel y Ozil. Courtois, otro que ha vuelto a su mejor nivel, se empeñó entonces en mantener la puerta a cero para llegar al descanso con la ventaja.
El vestuario apenas cambió el partido. Menos aún a Hazard. El belga, refrescado por los 15 minutos del descanso, marcó uno de sus mejores goles de siempre para dejar el partido visto para sentencia nada más comenzar la segunda mitad. Agarró el balón casi en su campo, hizo volar a Coquelin con un mero soplido, recortó a los dos centrales Gunners como un torero y definió ante Petr Cech con la frialdad del mejor nueve. Barrilete cósmico.
El partido terminó en ese mismo momento pese a que el final todavía nos regaló dos goles. Uno, el 3-0, fue tanto mérito del talento de Cesc Fábregas como despropósito de Cech. El ex portero del Chelsea se la regaló al ex centrocampista del Arsenal para que los Blues marcasen el tercero. Una paradoja que sirvió para hundir todavía más a un Arsenal que, recién empezado febrero, ya sabe que tampoco este año será campeón. Ni el 3-1 de Giroud en el descuento servirá como consolación.
DC|AS