Un naufragio es la perdida y hundimiento en el mar, río, lago o cualquier otra masa de agua, de una embarcación. Simulemos que en la embarcación van los líderes políticos de Venezuela, que a pesar de sus diferencias partidistas e ideológicas, al momento de presentar la embarcación problemas para seguir en flote tendrán que ponerse de acuerdo si quieren salvar sus vidas, que sin duda, en ese punto todos coinciden, así que habría consenso en salvarse, en lo que seguramente no habría consenso es en la forma de salvarse; entonces ¿qué debería prevalecer en ese momento para la toma de decisiones?, conocimientos en materia de supervivencia y salvamento, número de botes salvavidas, insumos alimenticios y de hidratación, en caso de tenerlos, intentar enviar llamados de auxilio a los cuerpos de rescate con la ubicación del naufragio y entender que la soberbia o la desesperación, no harán reflotar la embarcación.
Una vez que se encuentren en medio del naufragio todos estarán en las mismas condiciones pero no todos tendrán las mismas oportunidades de salvarse y es allí donde entra en juego quien asume el liderazgo y el reconocimiento de todos, en donde los sectores políticos enfrentados en lo ideológico tendrán posiblemente que recibir órdenes, instrucciones, de un adversario político, siendo el orgullo y la ideología las principales amenazas.
Venezuela está naufragando debido a las malas decisiones en la formulación y ejecución de políticas públicas además de un torpe manejo de la economía, lo que obliga a hacer rectificaciones inmediatas por parte del gobierno nacional para que el país no termine de hundirse, y los llamados a ser los grupos rescatistas están representados en los partidos políticos congregados en la débil y dividida Mesa de la Unidad (MUD), los cuales no comprenden sus responsabilidades históricas con el país.
Mientras el gobierno y la MUD se debaten en ver quien lo hace peor, el país naufraga aceleradamente. ¿Cómo lograr que la clase política reaccione si quienes deben presionar (Ciudadanos) se encuentran encerrados en una bóveda de miedo que los paraliza y no los deja actuar en acciones organizadas que puedan ejercer presión para lograr cambios?, es posible que representantes del gobierno y oposición se estén entendiendo a puertas cerradas y les convenga que el país siga naufragando para que la gente no tenga capacidad de exigir mientras cada quien busca como salvarse, es la única razón de entender cómo se equivocan tanto tantas veces seguidas. Es decepcionante observar cómo hay grupos políticos que no son capaces de ponerse de acuerdo para salvar a Venezuela y por rebeldías perdedoras abandonan el diálogo como mecanismo auténtico y universal para lograr acuerdos; y otros andan en campañas políticas adelantadas cuando el Consejo Nacional Electoral (CNE) anunció que por ahora no hay elecciones hasta la
renovación de los partidos políticos, una gran jugada del gobierno que también favorece a los cogollos de la oposición porque solo quedaran los partidos políticos que actualmente deciden todo en Venezuela.
El espíritu incluyente de las minorías quedó eliminado en este proceso solo AD, COPEI, Voluntad Popular y Primero Justicia son los que cuentan actualmente con militancia, recursos y estructuras para el cumplimiento de lo solicitado. Los partidos políticos que se declaran independientes están destinados a desaparecer y tendrán que emigrar para los partidos que queden legales si quieren seguir en el ruedo político. La incertidumbre y la mediocridad estarán presentes un buen rato, tanto que, quienes hoy se sienten seguros y ganadores podrían perder espacios futuros porque mientras más se alejen las elecciones habrá más tiempo para que otros actores políticos se hagan presentes en la vida pública, como lo dijo el Capitán Benedicto Trapems “Una tripulación improvisada estará destinada a naufragar”.
DC / S.H. Jesús Castillo Molleda / Politólogo, Profesor, Emprendedor, Locutor / articulosjesuscastillo@gmail.com / @castillomolleda