El régimen está exhausto, está enteramente apurado y agotado, está tristemente acosado en lo interno y en lo externo; los que fungen como líderes(¿?) del mismo, están completamente desprestigiados, no pueden salir del país, tienen el país por cárcel (por ahora) acusados de corrupción, de lavado de dinero mal habido, de narcotráfico en extremos de gravedad, de terroristas por usufructuar el poder (entregar pasaportes de nuestro país) para fortalecer alianzas y/o pactos con grupos como HAMAS, Al QAEDA, AL aissaimISIS, ETA y cuanto asesino comunista y ´´asilogista´´ haya en el mundo, tal cual lo despliegan en noticias la prensa seria e independiente del continente y sobre todo la justicia de EEUU. No hay espacio en el contexto nacional que se haya salvado del colapso generalizado en el que estamos inmerso; la economía, a pesar de haber recibido el país ingresos superiores a los 2 billones de dólares, no responde, simplemente, porque no ha existido ni en el gobierno del “comandante eternamente enterrado” (el gran culpable de todo este desmadre) y mucho menos con el incapaz y desquiciado del engendro heredero, ningún ápice de racionalidad para ventilar con eficacia un tema de tanta importancia como éste.
El régimen ha llegado al límite de sus posibilidades; no tiene nada nuevo que decir y se limitan a repetir la cantaleta del difunto que engañó a una cantidad considerable de venezolanos. El régimen comunista y el PSUV están ahogados por sus limitaciones, por su pasado y por su presente. Incapaz de afrontar el rechazo ciudadano que les acorrala; se mueven en el terreno irreal de la del engaño, de las medias palabras o del truco propagandístico, porque a falta de otros recursos, no tienen más remedio que creerse que eso va a funcionar; o porque esa es la única manera de alimentar a los ingenuos e ignorantes, que reducidos en números, constituyen la maquinaria partidista, en la que todo el mundo cobra quince y último, o en cualquier misión. La parafernalia verbal del engendro heredero en los últimos días es la del lenguaje procaz, ofensivo y de ataque visceral a los sectores democráticos. Por mucha propaganda que diga lo contrario de la realidad asfixiante, no va a cambiar “lo malo” de su percepción en la opinión pública. Más de un 90% de los que se consideraban chavistas, ya hoy no lo volverán a ser; de allí nace el 92% de rechazo al régimen. En estos días, en sus tantas cantaletas que vocifera, dijo: Macri con ese rechazo del 20% no puede gobernar por ilegítimo; y él que dirá de si mismo, que solo llega a un 8% de aceptación y quienes lo mantienen en el poder, la FAN, solo llega al 0.9%.
En esta concepción interpretativa, de un régimen exhausto y hediondo nos encontramos todos los venezolanos; no hay descanso en la lucha por conseguir los productos de la cesta alimentaria, la lucha es titánica y lamentable; más del 85% de los venezolanos consume hoy menos, pero mucho menos, comida que hace 17 años atrás; es decir, hoy existe de manera tangible en esa misma proporcionalidad: desnutrición, miseria tangible, pobreza crítica y como consecuencia de ello, la muerte. Hay un agotamiento y una impotencia ciudadana generalizada, tres años y medio en esta ´´verga´´: colas, cuándo hay productos, en un supermercado para poder comprar uno que otro, las madres desesperadas buscando la leche materna y los pañales crispan los ánimos por su ausencia en los anaqueles; andar de farmacia en farmacia para conseguir un medicamento para la tensión arterial, diabetes, alergias; además una hiperinflación que está acabando con lo poco que ha quedado de clase media; ante ésta realidad el engendro se le ocurrió decir ayer: ´´ocho millones doscientos mil venezolanos se movieron a lo largo y ancho del país. ´´Fueron unos carnavales bonitos, alegres, felices, llenos de gozo, de disfrute, llenos de compartir que nos caracteriza y nos garantiza una patria de felicidad, de paz, de soberanía, de los venezolanos y para los venezolanos´´. Eso no se lo cree nadie, ni Cilia, ¿le observaron la cara cuando escuchó eso de su macabro consorte? Y para rematar le dijo a los ingenuos e ignorantes que le escuchaban que: podían pagar la caja del CLAP (la solución al hambre) ´´con la tarjeta de la patria´´; es decir, la VISA, que respalda el difunto desde ´´su banco´´ ubicado en el cuartel de la montaña . Más estúpido, es imposible que pueda ser.
DC / Prof. Marlon S Jiménez García / Profesor Universitario / Marjimgar54@hotmail.com