El kiwi es una fruta ideal para los tiempos modernos. Debido a la gran cantidad de vitamina C, puede evitar el nerviosismo y la ansiedad. También es perfecto para reducir el estrés. Nos permite sentirnos más tranquilos y enfrentarnos a los problemas u obstáculos que aparecen en nuestra vida. Los médicos recomiendan comer un kiwi antes de una entrevista de trabajo o una reunión importante, para reducir la tensión.
Al tratarse de una fruta repleta de fibra soluble, el kiwi ayuda en la digestión y mejora el tránsito intestinal, por lo que previene el estreñimiento. Si se consume en el desayuno ayudará mucho más en este aspecto. Se puede comer con otras frutas, yogur, kéfir o cereales a la mañana. Favorece la expulsión de heces.
Al tener un gran porcentaje de agua y un nivel calórico intermedio (63 Kcal cada 100 gramos), permite bajar de peso y sentirse más saciado. A su vez, no posee demasiado sodio, siendo perfecto para las dietas de adelgazamiento y para perder agua, sobre todo en el caso de embarazadas. El kiwi es muy diurético y no debe faltar en la alimentación de los que sufren de obesidad o sobrepeso. Es útil en casos de insuficiencia cardíaca o hepática.
Como se dijo antes, el kiwi es muy digestivo y permite disgregar las proteínas de los alimentos, así como también evitar la indigestión, la gastritis y los gases. La presencia de estas proteínas permiten combinar esta fruta con leche o gelatina.
Al contener vitamina E y ácidos grasos Omega 3 y 6, el kiwi fluidifica la sangre, mejorando el estado general de las arterias. Esto evita la formación de trombos o coágulos en los vasos sanguíneos. Esta fruta sirve para proteger contra trombosis, angina de pecho, derrames cerebrales e infartos. Y como si esto fuera poco, el kiwi y su fibra, permiten reducir los niveles de colesterol en sangre.
Esto incluye cualquier elemento óseo del cuerpo, es decir, también los dientes. Esta propiedad es debido a los minerales presentes en el kiwi, los cuáles son cobre, magnesio y potasio. Una pieza de la fruta cubre el 10% de las necesidades básicas de los tres. Permiten mejorar el desarrollo de los huesos y también el funcionamiento de los nervios, músculos y órganos.
Esto significa evitar los resfriados y subir las defensas, debido a la gran cantidad de ácido fólico presente en el kiwi, sumado a la vitamina C. Permiten ambos nutrientes producir más glóbulos rojos y blancos, así como también anticuerpos, que funcionan como barrera de las enfermedades producidas por virus.
DC/Agencias