Transcurre el tercer mes del año 2017, los partidos políticos democráticos inmersos y ocupados en un cronograma de actividades relativas a la recolección de manifestaciones de voluntad para su legalización ante el Consejo Nacional electoral, premeditadamente montado desde el régimen, para seguir alargando su agonía y con ello alargar también la convocatoria de las elecciones vencidas de los gobernadores, que es la cruz a la que le huye y teme el diabólico gobierno de Nicolás Maduro y todo el andamiaje corrompido de este gobierno, odiado y rechazado por más del 80% de los venezolanos, que hemos visto como una casta política mediocre, corrupta e incapaz, ha destruido en 18 años, hasta los elementales derechos a la alimentación y la salud, que ningún gobierno en nuestra historia republicana, fue capaz de acabar con ellos, porque hasta el más irresponsable de ellos, desde la primera Presidencia de José Antonio Páez en 1.830 hasta 1.998, por lo menos preservaron los medios de producción del País y garantizaron, que la sociedad venezolana, tuviera al alcance los alimentos indispensables de la dieta básica de la familia y los medicamentos necesarios para combatir las enfermedades y sanar a quienes padecían de cualquier enfermedad.
Esa es la verdad irrebatible e incuestionable de la Venezuela que tuvimos, hasta la llegada de Hugo Chávez y el chavismo a la conducción de los destinos del País; porque el slogan del socialismo del siglo 21, la construcción del hombre nuevo, la bandera de la democracia participativa y protagónica y la profundización del clientelismo y el populismo como política oficial, incrustada en la médula y el alma de los fanáticos seguidores de este fracaso, han significado un verdadero holocausto social, que se ha traducido en el empobrecimiento práctico y envilecimiento moral de nuestro pueblo, que ya prácticamente acepta como un éxito el reparto mensual de una bolsa de alimentos del CLAP, luego de que a los beneficiarios se les hace un fichaje de sus datos, que son cruzados con las listas del PSUV y que serán ahora refrendados para su inclusión o exclusión, con los decretados y promocionados carnets de la patria, que vienen prácticamente sustituir la cédula de identidad, porque ya anuncian a los cuatro vientos como mecanismo de presión y chantaje, que quienes no presenten ese documento de control social, no podrán disfrutar de esos programas sociales de miseria ni tramitar documentos oficiales, como licencia de conducir, certificados de salud, cartas de soltería, cartas de residencia o cualquier otro, indispensables para cualquier actividad personal o comercial que son propios de los ciudadanos de cualquier nación.
Por supuesto que a un pueblo hambriento, como en el que nos convirtió el chavismo, no podemos decirle que no adquieran esta miseria del CLAP para la sobrevivencia familiar; pero si tenemos que plantearle con absoluta claridad y coraje, que esa no es la solución al dramático problema del hambre, que esta no es la patria que nos legaron los libertadores y los fundadores de la democracia, que este no es el País que nos merecemos, porque Venezuela es una tierra de gracia, que el creador dotó de incuantificables recursos y condiciones para ser una nación grande, productiva, moderna, avanzada como lo fuimos y hemos sido a lo largo de la historia, que tenemos que seguir luchando hasta echar del poder a estos depredadores que nos destruyeron todo, para iniciar el camino de la RECONSTRUCCIÓN NACIONAL, con una propuesta concreta de acción en el orden institucional, ético, económico, social, militar y político, que nos permita salir de esta desgracia y retomar la senda del progreso, que todos anhelamos. NO MÁS DILACIONES, ELECCIONES YA!!!!
“Quienes defienden el derecho a la vida de asesinos, avalan la pena de muerte de ciudadanos inocentes”
DC / Lic. Pedro Segundo Blanco / Ex parlamentario del estado Sucre / petersecond1@hotmail.com / @pedrosegundoABP