Nicolás Maduro denunció conjuro en su contra

Nicolás Maduro denunció el domingo la existencia de un supuesto plan de golpe de Estado en su contra que estarían preparando sus adversarios y señaló a los diputados opositores José Guerra, Tomás Guanipa y Marialbert Barrios de estar implicados en esas acciones.

En una alocución transmitida por la televisión estatal, Maduro presentó como supuestas pruebas una serie de videos de protestas recientes, en las que se puede ver a supuestos opositores provocando destrozos y lanzando objetos contundentes en calles del este de Caracas y en la principal autopista de la capital venezolana.

En esas imágenes estuvieron ausentes las repetidas escenas de las últimas semanas de miembros de los cuerpos de seguridad reprimiendo a miles de manifestantes con gases lacrimógenos y balas de goma. Señaló que los implicados en el intento de golpe de Estado son dirigentes del partido opositor Primero Justicia

El gobernante también mostró algunos videos con el testimonio de jóvenes detenidos, entre ellos uno identificado como Guido Rodríguez, que afirmaba que fue contratado por dirigentes de Primero Justicia para «hacer actos vandálicos», incluido el ataque a una dependencia del Tribunal Supremo de Justicia, en el municipio capitalino de Chacao.

Junto con Rodríguez fue capturado Omar López Martínez, policía de Chacao, quien supuestamente prestaba «la logística» para atacar esa institución, y sus declaraciones condujeron a la detención de dos jóvenes militantes de Primero Justicia, los hermanos José y Alejandro Sánchez, el pasado 13 de abril, acotó.

En otro video, uno de los «denominados morochos», dijo Maduro en alusión a los hermanos, admitió su participación en la «quema del DEM (la dependencia del Tribunal)» y acusó al dirigente juvenil de Primero Justicia, Carmelo Zambrano, de ser quien «planificó esta jugada».

«Él (Zambrano) tiene contacto con los diputados» Guanipa, Barrios y Guerra, quienes habrían girado las instrucciones para «ejecutar los hechos», agregó uno de los hermanos en el video, cuya imagen fue presentada con distorsión y no fue identificado por su nombre por Maduro.

El gobernante, sin dar otros detalles de la investigación, comentó que «todo fue planificado por núcleo de violentos (dirigentes) que están siendo señalados y la investigación tiene que llegar hasta sus más profundas verdades y a sus más últimas consecuencias» y develar la verdad de una conspiración permanente» contra el gobierno.

«En Venezuela va a haber justicia, no puede haber impunidad», añadió.

A través de Twitter, el diputado Guanipa negó la versión de Maduro, quien señaló que los hermanos Sánchez fueron detenidos «in fraganti (cometiendo el delito)», y afirmó que «fueron secuestrados» por la policía política SEBIN el jueves.

Guanipa resaltó en otro tuit que «Alejandro Sánchez declaró en el CICPC», la policía judicial, «que fue obligado bajo tortura en el SEBIN a grabar un video con testimonio falso».

La denuncia se produjo en momentos que manifestaciones ocurren casi a diario en Caracas y otras ciudades del interior del país contra el gobierno y el Tribunal Supremo. Las movilizaciones han dejado cinco muertos, decenas de heridos y 117 detenidos en todo el país, de acuerdo con cifras oficiales.

Las protestas comenzaron el 30 de marzo luego de dos sentencias de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo en las que asumió las competencias legislativas de la Asamblea Nacional y limitó la inmunidad de los diputados.

Posteriormente, el máximo tribunal revirtió las sentencias, pero los cuestionamientos internacionales y las protestas se ha mantenido.

La oposición reclama la realización de elecciones generales, que incluyen los comicios de gobernadores y alcaldes que se quedaron en el limbo por decisión de las autoridades electorales, vistas como favorables al gobierno; así como la liberación de los presos políticos, la apertura de un canal humanitario para recibir alimentos y medicinas, y el respeto al Congreso.

Maduro, elegido el 14 de abril de 2013 en los comicios realizados tras la muerte del presidente Hugo Chávez, enfrenta una crisis política en medio de severas dificultades económicas signada por una desbordada inflación de tres dígitos, una severa escasez de alimentos, medicinas y otros bienes básicos, y una fuerte recesión.

Horas antes de la alocución, grupos opositores quemaron muñecos con el rostro de Maduro y algunos de sus aliados en varias ciudades del país para simbolizar la «quema de Judas», una tradición que los venezolanos realizan anualmente el Domingo de Resurrección para expresar sus quejas y descontento contra figuras públicas y funcionarios.

Mientras en el oeste de la ciudad, simpatizantes de Maduro encabezados por el dirigente oficialista Freddy Bernal quemaron «monigotes» de varios críticos locales y extranjeros del gobernante, entre ellos el secretario general de la OEA, Luis Almagro, quien ha afirmado que el gobierno venezolano es un «régimen autoritario» y lo acusa de excederse en la contención de las protestas.

«Almagro es un traidor a América Latina porque se puso al servicio del imperio norteamericano», dijo Bernal a través de Periscope poco antes de prenderle fuego a la efigie.

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