Jerry Perenchio, el magnate de medios que ayudó a convertir a Univision en una de las principales cadenas estadounidenses, falleció. Tenía 86 años. Murió el martes de cáncer de pulmón en su casa de Los Angeles, dijo el miércoles su esposa, Margaret.
Perenchio fue propietario de Univision y productor de una variedad de éxitos de la TV y grandes eventos deportivos, pero era más bien tímido con las cámaras. La primera regla de su lista para sus subordinados era «manténganse lejos de la prensa», mientras su mansión de Bel Air aparecía semanalmente en pantalla como la casa de la familia Clampett en la serie de los 60 «The Beverly Hillbillies» («Los Beverly ricos»).
«Jerry Perenchio tuvo una gran visión y un corazón aún más grande, siempre devolvía», escribió Arnold Schwarzenegger el miércoles en Twitter. «Era un ejemplo para todos nosotros y estuve orgulloso de llamarlo mi amigo».
Ron Howard usó su cuenta de Twitter para llamar a Perenchio «un mentor amable y brillante».
En su medio siglo en el mundo del entretenimiento, Perenchio fue agente de talento, promotor deportivo, y magnate del cine y la televisión, siempre trabajando entre bambalinas.
Su fortuna, estimada recientemente por Forbes en 2.800 millones de dólares, le permitió ser un generoso filántropo y donante político. Contribuyó unos 50 millones de dólares a candidatos y causas, y decenas de millones más a escuelas, hospitales, museos y todo tipo de organizaciones benéficas.
Amasó una importante colección de arte que incluyó obras de Picasso, Cezanne y Monet y en el 2014 anunció que legaba 47 piezas – valoradas en unos 500 millones de dólares – al Museo de Arte del Condado de Los Ángeles. También donó 25 millones de dólares para un nuevo edificio que albergaría estas obras.
«Fue una de las personas más generosas que haya conocido, y aun así, en una ciudad donde todo el mundo quiere llevarse el crédito por todo, se negó acreditarse una vida de logros», dijo al Los Angeles Times en el 2008 Mark Gold, exdirector del grupo medioambientalista sin ánimo de lucro Heal the Bay y ahora un vicerrector asociado de la UCLA. «Realmente era extraordinario».
Hijo de una familia vitivinícola de Fresno, Andrew Jerry Perenchio desempeñó muchos papeles en sus décadas en el entretenimiento, donde empezó tras estudiar en la UCLA y servir en la Fuerza Aérea como piloto e instructor de vuelo.
A finales de los 50 se convirtió en un agente de talento de la Music Corp. of America, la emblemática agencia dirigida por Lew Wasserman. Pasó a crear su propia agencia, que luego se fusionó con otra y llegó a representar a luminarias como Marlon Brando, Elizabeth Taylor, Andy Williams y Glen Campbell.
Como promotor deportivo ayudó a diseñar la ?Pelea del Siglo? de 1971 entre Muhammad Ali y Joe Frazier y la ?Batalla de los Sexos? de 1973 entre los tenistas Billie Jean King y Bobby Riggs.
En los 70 se unió a Norman Lear para producir y distribuir éxitos como «The Jeffersons» («Los Jefferson»), «Diff’rent Strokes» («Arnold», o ?Blanco y negro?) y «One Day at a Time».
Lear una vez describió a su socio, que manejaba el lado de los negocios, como un hombre de gran creatividad y visión.
«El mundo ha perdido a un hombre glorioso y muy generoso y a un original absoluto. Nunca existirá otro como él», dijo Lear el miércoles en un comunicado.
Perenchio también proporcionó financiamiento o experticia para clásicos del cine de los 80 como «Blade Runner» y «Driving Miss Daisy» («Conduciendo a Miss Daisy», o «El chofer y la señora Daisy»).
En 1992, Perenchio y dos magnates latinoamericanos compraron Univision, entonces una cadena hispana que luchaba por sostenerse. Fue presidente y director ejecutivo de la compañía, hoy la quinta cadena más grande de Estados Unidos, antes de venderla en el 2006 y recibir un cheque personal de más de 1.000 millones de dólares.
Perenchio rara vez se expuso a los reflectores.
«Realmente no quiero mi nombre en el maldito periódico», dijo una vez al Los Angeles Times.
Su lista de 20 reglas para los ejecutivos de Univison comenzaba con, No. 1: «Manténganse lejos de la prensa. No den entrevistas, no hagan paneles, no den discursos, no hagan comentarios. Manténganse lejos de la luz pública – destiñe sus trajes».
Y terminaba así: «Siempre, siempre tomen el camino del éxito. Sean duros pero justos y nunca pierdan el sentido del humor».
Perenchio invirtió parte de su fortuna en propiedades y en algún momento fue en uno de los terratenientes más grandes de Malibu.
Su mansión de Bel Air la compró en los 80 y el año pasado pagó 15 millones de dólares por la casa de sus difuntos vecinos Ronald y Nancy Reagan.
En la política, apoyó principalmente causas republicanas y conservadoras. Fue copresidente financiero para la campaña presidencial de John McCain en el 2008; apoyó la exitosa campaña de Schwarzenegger a gobernador de California y contribuyó más de 3 millones de dólares a la campaña presidencial de Carly Fiorina en el 2016.
Pero también apoyó a algunos demócratas, como la senadora Diane Feinstein y el exalcalde Antonio Villaraigosa, y sus dádivas se extendieron a causas como el sida y grupos defensores de los gays y del medio ambiente.
En 1998 se opuso a una iniciativa estatal para la educación bilingüe en las escuelas.
DC/AP