Ondas diminutas de Esperanza, José Lombardi (@lombardijose)
Para poder entender lo que sucede en Venezuela es necesario ubicarse en la geopolítica mundial, Venezuela es el país con una de las mayores reservas petroleras y de gas del mundo, a pesar del deterioro de su industria petrolera, Venezuela logran vender un poco más de dos millones de barriles de petróleo al día, calculándolos a 44 dólares cada uno, obtendremos una cifra nada despreciable de ochocientos ochenta millones de dólares al día y más de dos millardos al mes, como verán se trata de mucho dinero, adicionalmente hay que tomar en cuenta que el petróleo sigue siendo la energía que mueve al mundo, es decir que su valor estratégico es indiscutible, finalmente su ubicación geográfica entre el Caribe y América del Sur la convierten en toda una joya y presa apetitosa de las grandes potencias mundiales.
El mundo es un tablero de ajedrez, en donde cada jugador intenta hacer su mejor jugada para ganar la partida, en el caso de Cuba, Fidel castro entendió que para poder jugar y ganar era necesario crear un enemigo y hacer alianzas con potencias militares que tuvieran en común al mismo enemigo, de allí sus alianzas con países adversarios de Estados Unidos. Chávez entendió en el 2002 que su única manera de sobrevivir y triunfar era hacer lo mismo que había hecho su maestro Fidel, fue así como entrego al País a todo aquel que le sirviera para mantenerse en el poder y en el caso de una emergencia estos le ayudaran.
Fue así como Chávez inicio una red internacional que poco a poco fue creciendo, al punto que hoy es una telaraña de intereses difícil de descifrar, recientemente el profesor y asesor del congreso de Estados Unidos, Evan Ellis, declaro que el Gobierno Bolivariano de Venezuela “debe ser visto más como una cofradía de mafias que como un simple régimen socialista y en realidad es un nuevo y muy pernicioso fenómeno que es más difícil de eliminar que si fuese solo una dictadura…jamás en tiempos modernos, hemos tenido una situación en donde un grupo de criminales se ha apoderado de todo un Estado del peso de Venezuela”
A estas declaraciones tenemos que agregarle el último informe de la agencia de noticias Bloomberg, en donde se evidencia la relación entre Venezuela, Cuba, Siria, Irán, Rusia, Aruba y Estados Unidos, según la investigación hay una red de contrabando petrolero y gasolina que inicia en Siria e Irán, pasando a través de una empresa fantasma rusa que se encarga de llevar la carga hasta el caribe, en donde las refinerías de Aruba son claves para que finalmente termine el cargamento en las estaciones de servicio de los Estados Unidos, quizás esto explique tres hechos aparentemente inexplicables: 1) La liberación del General Hugo “pollo” Carvajal en Aruba a pesar de tener orden de captura y extradición 2) El aporte de $500,000 de Citgo a la toma de posesión de Donal Trump y 3) La entrega en garantía de la empresa venezolana Citgo a la estatal petrolera Rusa Rosneft
Una cuartilla no me permite extenderme el en tema, pero a esta telaraña de intereses hay que agregarle el tema del narcotráfico, impecablemente detallado y puesto al descubierto por Mildred Camero quien fue presidenta de la Conacuid y una de las personas que más ha trabajado el tema del narcotráfico en Venezuela, tenemos entonces a un país vinculado en los dos negocios más lucrativos del planeta tierra (petróleo y drogas) siendo los altos jefes militares sus cabecillas.
Robert Kennedy alguna vez dijo: “Cada vez que un hombre defiende un ideal, actúa para mejorar la suerte de otros, o lucha contra una injusticia, transmite una onda diminuta de esperanza. Esas ondas se cruzan con otras desde un millón de centros de energía distintos y se atreven a crear una corriente que puede derribar los muros más poderosos de la opresión y la intransigencia.»
Es nuestro deber lograr que esas ondas diminutas de esperanzas se reproduzcan, para ello será necesario elevar el espíritu de cada uno de los venezolanos, hacernos trascendentes, derrotar el inmediatismo y convertir la lucha por Venezuela en una causa de vida.
DC / José Lombardi /@lombardijose