Un empleado descontento disparó el lunes en una fábrica de toldos en Florida, matando a cinco trabajadores antes de suicidarse, informaron las autoridades.
El agresor llevaba también un cuchillo pero no apuñaló a nadie, dijo en conferencia de prensa el jefe policial del condado de Orange, Jerry Demings. Añadió que el atacante, que fue despedido en abril y antes había sido acusado de agredir a un colega, no parecía tener vínculo alguno con el terrorismo. «Fue un incidente de violencia laboral», dijo el jefe policía.
El atacante, cuyo nombre no se reveló, no fue procesado penalmente cuando se le acusó de agredir a un colega en junio del 2014, dijo Demings. La parte acusadora en ese incidente no está entre las víctimas el lunes, dijo Demings.
Shelley Adams dijo que su hermana, Sheila McIntyre, le llamó desde el baño de una de las compañías de la zona, llorando. «Mataron a mi jefe, mataron a mi jefe», decía McIntyre, según relató su hermana.
La policía acudió a eso de las 8 de la mañana atendiendo la llamada de una mujer que huía de la fábrica Fiamma Inc., y que dijo que el atacante le había ordenado salir. Usó el teléfono de un negocio de baldosas cercano para llamar a la policía, dijo Yamaris Gómez, propietaria del negocio de baldosas.
Las autoridades acordonaron la zona y pidieron a los conductores «manejar con extrema cautela». Periodistas de diversos medios de comunicación fueron llevados a una zona designada cercana.
El gobernador Rick Scott dijo que las fuerzas de seguridad le estaban manteniendo al tanto de la situación, y que él y su esposa Ann, «rezamos por las familias que perdieron a seres queridos hoy».
«Ruego a todos los floridanos que recen por las familias impactadas por este insensato acto de violencia», añadió.
DC/AP