Las autoridades chinas indicaron en un comunicado que el autor material de la explosión al este del país en la entrada de un kínder, que dejó 8 muertos, entre los que se incluye al atacante y 59 heridos, padecía de una enfermedad mental.
Era un hombre de 22 años, cuyo apellido fue determinado como Xu, quien alquiló una habitación cerca de la escuela de la que había sido expulsado por supuestamente padecer trastornos mentales.
Previamente se había reportado que dos personas murieron en el lugar y cinco en el hospital, mientras que habría nueve heridos en estado crítico. Las autoridades han precisado que ningún profesor o estudiante del centro falleció en el atentado, si bien de momento no se ha publicado la identidad o edad de las víctimas.
Se trata del último de una serie de dramas ocurridos en centros preescolares en China en los últimos meses.
DC/GB