A casi dos meses desde que se anunció la propuesta de la Asamblea Nacional Constituyente, se han incorporado en el proceso figuras representativas del partido de gobierno para asumir el trabajo proselitista de la campaña, la cual de manera solitaria se perfila el día de su elección el 30 de julio.
Puedo considerar que la intención del gobierno, persigue un solo objetivo: ganar tiempo y perpetuarse en el poder, siguiendo el modelo cubano, a través del cambio de las reglas del juego y la modificación de la Constitución, sin ofrecer soluciones a los problemas del país, ya que los mismos no son de carácter jurídico, son estructurales de un sistema político altamente centralizado, burocratizado, populista y corrompido, orientado a mantener a un grupo minoritario que ha perdido el apoyo popular y requiere implantar un subterfugio legalista, con unas bases de elección totalmente desiguales en detrimento de la Democracia.
Entre los aspectos planteados como justificación de esta convocatoria política, secitan lo siguiente, permitiéndome a la vez realizar varias interrogantes:
III. Ampliar y perfeccionar el sistema económico venezolano, para dejar instalado un nuevo sistema económico post-petrolero. ¿Durante casi 18 años, los personajes que hoy piden Constituyente, no han tenido la oportunidad de construir un aparato productivo, que nos hubiese permitido tener un país próspero, cuántos ministro de planificación y economía han transitado, cuántos planes económicos han fracasado?
VII. Impulsar la Política Exterior Soberana de defensa de nuestra Integridad. ¿Realmente nuestra soberanía será protegida de intervencionismo extranjero o formalizará la Constituyente la intromisión de Cuba en Venezuela, la entrega de la Faja Petrolífera del Orinoco a China, la hipoteca de nuestras reservas internacionales a Rusia y la sumisión de nuestra Seguridad Nacional a Irán?
VIII. Impulsar la Identidad Cultural, la Nueva Venezolanidad. ¿Realmente quienes gobiernan han construido patria?
Finalmente, concluyo que la Asamblea Constituyente no tendrá apoyo electoral y aunque ha intentado timonear la opinión pública, es otra estratagema gubernamental, un engaño destructivo y que aunque ha tratado de venderse como un símbolo de paz, no es más que un ordinario Caballo de Troya que traerá consigo graves consecuencias para el país y para los venezolanos.
DC / Alfonso Hernández Ortiz / Presidente del Partido Unión y Entendimiento San Francisco / @PuenteSanFsco