Las selecciones de Camerún y Nueva Zelanda quedaron en el último puesto de sus respectivos grupos en la Copa Confederaciones. Se marchan de Rusia y no hay mucha certeza de que volverán el año próximo.
En el certamen que sirve como ensayo para la Copa del Mundo de 2018, los dos equipos pasaron algunos momentos alentadores pero no ganaron un solo partido. Ahora, el camino para clasificarse a Rusia luce lleno de obstáculos.
«La situación no es buena», reconoció el entrenador de Camerún, Hugo Broos, de cara a sus partidos ante Nigeria, a visita recíproca en un periodo de seis días a partir del 28 de agosto. «Estamos cuatro puntos debajo de Nigeria. Tenemos que ganar. De otro modo, creo que no tendremos muchas posibilidades de estar en Rusia otra vez el año próximo».
Nueva Zelanda debe sortear dos etapas para arribar al Mundial. En septiembre tiene que superar a las Islas Salomón, su rival de Oceanía. Si lo logra, su «premio» será un repechaje en noviembre frente al quinto lugar de la eliminatoria sudamericana, ocupado actualmente nada menos que por Lionel Messi y Argentina.
Otro posible adversario sería Chile, que avanzó a la semifinal de la Confederaciones. La «Roja» y la «Albiceleste» se ubican entre las primeras cinco selecciones del ranking mundial de la FIFA, muy por encima del 95to puesto en que permanecería Nueva Zelanda luego de las tres derrotas sufridas en Rusia.
«Pienso que en este torneo han visto que podemos competir contra cualquier equipo», valoró sin embargo el entrenador de los «All Whites», Anthony Hudson, cuyo equipo desperdició varias oportunidades de anotar y terminó cayendo el sábado 4-0 frente a Portugal.
El inglés Hudson se marcha con más optimismo y seguridad de conservar su puesto en comparación con el belga Broos, incluso cinco meses después de que Camerún conquistó sorpresivamente la Copa Africana de Naciones.
Hudson, de 36 años, espera que Nueva Zelanda, con poco fogueo ante potencias mundiales, sea cada vez más competitiva.
«Tenemos mucho potencial. Sólo es cuestión de tiempo antes de que comencemos a conseguir buenos resultados contra equipos de la elite», aseguró.
Broos, quien mostró una actitud positiva en el comienzo del torneo, la perdió tras el revés por 3-1 sufrido el domingo ante Alemania.
«Debo decir que esperaba lo que ha ocurrido aquí», manifestó el estratega de 65 años. «Somos uno de los mejores equipos de África, pero hay todavía una diferencia entre nosotros y el fútbol moderno».
Pocos entrenadores cumplen gestiones de varios años con alguna selección africana. Broos envió a sus jefes un mensaje sobre la necesidad de pensar a largo plazo.
«Vivimos aún de nuestros éxitos pasados», señaló en referencia a una selección que no incluye ya a jugadores de los principales clubes europeos. «Faltan canchas e infraestructura. Si nos clasificamos para el Mundial del año próximo, debemos pensar en cómo resolver este problema».
DC/AP