(SI NO PODEMOS CON LOS VOTOS LO LOGRAREMOS CON LAS ARMAS)
(Nicolás Maduro)
Esta Afirmación, señala y pone de manifiesto, ante la Sociedad Venezolana, en todos sus extractos sociales, que Maduro, se aprovecha del poder, de sus relaciones e influencias, para condicionar la acción de una agencia personal mediante la instalación de personas afines a sus objetivos. De esta forma las Instituciones Democráticas, pierde su autonomía y sus decisiones finales han quedado condicionadas al interés del Estado Cubano.
La captura del Estado Venezolano, es llevada a cabo por empresas privadas, (rusos, chinos y cubanos) éstas se han esforzado en definir las políticas, anular a la Asamblea Nacional, para poder regular al Estado, que necesitan para obtener ventajas especiales. Esta forma de utilizar a las instituciones públicas, como el T.S.J, el Poder Electoral y las propias F.A.N, es potencialmente muy peligrosa ya que puede manifestarse desde formas cuasi inocentes de lobby hasta la limitación de competencia y exención impositiva a cambio de pagos ocultos.
Al día de hoy, en Venezuela, no existe, región, bloque o Municipio que no padezca los efectos de esta realidad multifacética. Las distintas áreas del Estado, se han visto sorprendida por prácticas corruptas que difícilmente parecen ceder ante los esfuerzos combinados de los actores sociales. En el ámbito político, la corrupción ha favorecido el crecimiento de la inestabilidad institucional y el persistente desgaste de las relaciones tanto entre individuos como entre instituciones y el Estado. La pérdida de legitimidad política que experimenta este gobierno, la polarización del poder, la ineficiencia burocrática, son algunos de los problemas políticos que se atribuyen a la acción de la corrupción. El creciente desarrollo de bloques políticos da nuevos aires a esta cuestión, poniendo en la agenda, una prioridad relevante la necesidad de una acción colectiva anticorrupción.
La experiencia nos muestra que la corrupción se vale de los “paraísos fiscales”, la existencia de monopolios, la evasión impositiva, la licitación de grandes obras civiles y sociales, para nutrirse de los recursos nacionales tanto públicos como privados.
Desde la óptica social, la corrupción se ha instalado como factor determinante de los escenarios de extrema pobreza que padecen grandes proporciones del Estado Venezolano. Asimismo, los conflictos entre las diversas jerarquías sociales y su involucramiento en luchas por poder y beneficios personales, han demostrado la necesidad de repensar la estructura, relación y distancia de los distintos estratos sociales.
La cuestión social y étnica también ha sido permeable a la corrupción, avivando en nuestro país, los conflictos tanto sociales como raciales. En orden a una mejor conceptualización de esta faceta de la corrupción, la literatura le otorga un papel preponderante a la objetividad de la información y al fortalecimiento de la confianza interpersonal como medios para fortalecer el vínculo social entre los distintos actores.
Pero así y todo, la reflexión política sobre la corrupción cubre un amplio espectro de temas que pueden ir desde los sistemas políticos y la estructura institucional, el poder, la centralización y la descentralización, la consolidación democrática, hasta el tamaño del Estado y la legitimidad de los gobiernos. Una de las consecuencias más evidentes de la corrupción política es la pérdida de legitimidad ante el pueblo que padecen los gobiernos con problemas de corrupción.
DC / Dr. Johnny Galué / Abogado, Político / @COOTUR