Cuatro víctimas en un solo día, el viernes 30 de junio, en el marco de las manifestaciones en contra del Gobierno nacional realizadas en Barquisimeto. Una de ellas fue Fernando Rojas, de 49 años, quien se encontraba en compañía unos amigos y de César Lovera, de 39 años, dueño de un taller ubicado en la avenida Libertador, a la altura de la calle 44.
Debido a los cierres de vías habían cerrado el negocio, pero se quedaron en el lugar compartiendo un rato, hasta que observaron, a media tarde, un grupo de colectivos armados que se acercaban.
De inmediato se metieron hasta el taller y cerraron las puertas, pero los hombres que se trasladaban en varias motos, camionetas sin placas y vehículos con logo de Corpologística, violaron la cerradura e ingresaron al lugar, donde robaron a todas las personas presentes.
Tres recibieron disparos
Lovera quiso resguardar a su esposa y Rojas intercedió, ambos recibieron disparos. Luis Suárez, otra persona que estaba en el lugar le rozó una bala en la cabeza. Lovera resultó herido en el abdomen, fue operado de emergencia en el Hospital Central Universitario Antonio María Pineda y se encuentra fuera de peligro, pero Rojas falleció. Además de las heridas por balas, también tenía lesiones por perdigones en su espalda.
Antes de cometer el crimen, testigos informan que miembros de los colectivos los obligaron a arrodillarse y después dispararon.
Robaron en todos los negocios de la cuadra. En el taller se llevaron incluso las camas y la bombona de gas, enseres que tenían porque allí mismo vive la familia de quien tiene el taller, el cual quedó sin nada y en la ruina, según declararon sus amigos.
Rojas era un hombre trabajador y buen amigo, recordaba entre lágrimas una de sus hermanas, quien tuvo que viajar desde Valencia para despedir a Fernando, quien dejó huérfanos a cinco hijos.
El Ministerio Público designó a la Fiscalía de Delitos Comunes para las investigaciones del caso.
DC | El Pitazo