Verle la cara a Jorge Rodriguez cuando Maduro anunciaba “victoria popular” con los resultados fraudulentos de la moribunda constituyente no tiene precio. Estos granujas les ganaron fue a Marcos Pérez Jiménez, porque al menos, el penúltimo dictador de Venezuela, primero aceptó el número de participantes y su abstención y después invirtió los resultados, pero los nuevos malandrines electorales, han pretendido invertir los resultados, colocándose un alto porcentaje del total de abstenciones, como si esos electores desde sus hogares enviaron sus votos vía mensaje de texto, directo a las maquinitas de Smart Matić para tranquilidad de la reina de la mafia y del perro guardián de Padrino López.
Podrán repetir las mentiras de su pírrico “triunfo” lavado con la sangre de 16 jóvenes asesinados en las jornadas de protestas. Los millones de venezolanos quienes estoicamente se plantaron en sus casas, para decirle al mundo que no avalarían con su voto el fraude institucional montado, saben el tamaño de la estafa electoral de la cual han sido víctima. Hasta ese pueblo llano, pero minoritario, en su mayoría arrastrado más por la presión y el chantaje a votar, sabe muy bien que han cometido una trampa tan descarada y vil, como la negativa a consultarle al pueblo si quería o no constituyente.Andan avergonzados porque saben que están dirigidos por unos asesinos, delincuentes y pillos de la peor ralea espiritual.
Ya ni tiene importancia insistir como tuvieron el tupé de mostrar unas cifras superiores a los votos obtenidos por Chávez antes de morir o más que los sufragios dudososdel ahora sátrapa de Miraflores. El asunto estriba en cómo castigar a los responsables del crimen cometido. Ya viene siendo hora de que nuestro único aliado en ese CNE asuma una conducta cónsona con el tamaño de la tragedia donde nos han llevado las desmedidas apetencias de Maduro y sus cuatros señoras hacedoras de fechoríaselectorales. El Rondón apacible que hasta ahora hemos visto denunciando irregularidades,debe dar la pelea de frente y sin eufemismos de ninguna naturaleza, como testigo principal de esta otra triquiñuela electoral.
Hemos debido de participar a sabiendas de estarse violándole el derecho de preguntársele al ciudadano si quería o no una nueva constitución. Es evidente que no podíamos prestarnos a semejante estafa a la Carta Magna. A partir de este asalto a la soberanía popular debemos insistir en la vía de la abstención y no volver a participar en elecciones. Por supuesto que no. En principio si algo ha caracterizado a los venezolanos es su lucha por la democracia y el derecho a dirimir nuestras diferencias a través del voto; más de cincuenta años de ejercicio democrático no lo vamos a echar por la borda, porque un atajo de facinerosos haya cometido este fraude.
Con esta acción vandálica el régimen quedó al descubierto. Maduro, amanece hoy más acorralado y desprestigiado ante sus mismos gobernados. Se avecinan nuevos procesos electorales y esta trapisonda cometida no debe hacernos perder el rumbo de nuestra lucha democrática. La experiencia nos ha enseñado que cuando estamos allí en el lecho electoral, a estos bandidos se les hace imposible meter picardías y delitos como los realizados este domingo. La abstención promulgada salió victoriosa y ellos lo saben. Al fraude electoral en el futuro no se le puede responder con más abstención, será necesario derrotarlos en la calle y en las urnas. Solo el voto libre y soberano los hará retroceder y ellos también lo saben.
DC / Douglas Zabala / @douglazabala