Los resultados de la constituyente fueron contrastantes. Padrino dijo que los militares no tuvieron nada que ver con fallecidos y la oposición denunció que los verdes y sus amigos están relacionados con la muerte de 15 personas en el día de elecciones. La oposición anticipó un resultado de 2 millones y medio de votantes y, poco después, el CNE dijo que fueron más de 8 millones.
No es difícil saber quién miente. Hay una lista de muertos con nombre y apellido y testigos que indican que los disparos venían de los represores y , por su parte, miles de fotos a todas horas muestran los centros de votación vacíos. Encuestas y conteos independientes coinciden en que votaron 2 millones y medio.
Las mentiras del régimen son tan grotescas y abundantes que si no fuese por la tragedia que conllevan darían risa, por eso no es de extrañar que las nuevas promesas también lo sean. Veamos.
“La Asamblea Nacional Constituyente (ANC) nos traerá la paz”. Habría que ser muy optimista para suponer que las protestas se terminarán pues ya se están realizando y aumentar el nivel de represión solo estimulará la actividad clandestina. Por su parte, los gobiernos de otros países preparan represalias contra el régimen por lo que el clima está más tenso que nunca.
“Con la ANC se resolverán los problemas económicos”. La verdad es que no existe un mínimo plan para detener la inflación. Algunos de los poco preparados candidatos han propuesto volver al control de precios. Ya esto se ha tratado y solo se obtienen dos resultados,la escasez y el mercado negro con precios mayores. Tampoco nuevas inversiones son probables por el temor de los empresarios a los regímenes comunistas.
“Devolveremos al pueblo su poder”. Instalar las comunas como sistema de gobierno y desmontar las alcaldías y gobernaciones, sería como la guinda al postre para enredar aún más la pésima administración centralizada del país.
Escribiríamos más mentiras, pero pasemos ahora a las verdades.
“El régimen no puede resolver el problema económico”. Su crédito es pésimo y nadie arriesgará su dinero en Venezuela por ahora.
“El gobierno es una dictadura”. Su arbitrario manejo de las leyes lo muestran como tal y, como a la peste, el rechazo mundial es ya evidente
“Los ciudadanos quieren un cambio de régimen”. La escasez y la inflación impulsan este deseo, sin embargo, también se ha desarrollado la irritación de la gente frente a un régimen que se burla de los procesos electorales con los que se resolvían los problemas.
“El régimen no tiene capacidad de gerencia”. El privilegiar la lealtad sobre el talento y el sobre uso de militares sin experiencia en posiciones complejas ha causado un caos generalizado en la administración pública.
Si “echamos cuentas” el mejor negocio para Venezuela es cambiar el régimen. Su permanencia es garantía de pobreza y perdida de libertad. Su cambio abre las puertas al progreso y el regreso a la libertad y la democracia.
Y así va a ser.
DC / Eugenio Montoro / montoroe@yahoo.es