Despues de sietes mese de conocerse, se comprometieron. Era la boda soñada por toda mujer, que se celebraría en un lugar paradisíaco: la isla de Cerdeña.
Ella tenia 39 años y él 24, la diferencia de edades parecia no importar. Todo estaba listo para el día esperado, pero el novio decidió no presentarse, la plantó en el altar, ¿y qué hizo la novia?
Siguió con los planes de la fiesta, pues a su juicio «no se había muerto nadie, la vida continúa».
Al novio lo llamaron varias veces, pero él no contestó; recién a la hora pudieron contactarlo. «Debo volver al cuartel», dijo. No hubo más palabras ni hicieron falta. Los amigos del novio confirmaron que se había atrincherado.
Fue el padre de Nadie quien salvó el día. «Tenés que seguir con esta fiesta adelante. Total, ya está todo pagado». Eso sí, más allá de ponerle humor al infortunio, la mujer aseguró que no perdonará al novio fugado. «Ese es mi último pensamiento».
DC/EI