En las últimas décadas ha llegado a nosotros mucha información, a través, de la internet y la prensa escrita, además de los reportes exclusivos de libros y revistas especializados, e incluso, documentales en la TV y el Cine, sobre la esclavitud laboral que existe en el mundo.
Venezuela está atravesando en esta época de régimen socialista, los momentos más críticos de la libertad de expresión, actualmente se cercenan la libertad de expresión a través de la censura y autocensura de los diferentes medios de comunicación.
Además, cada vez son más escaso los hogares del país que tienen acceso a la información mundial dispersa en la internet, ya que existe una política de Estado de ir truncando las vías de comunicación aislándonos como nación del resto del mundo e incluso de nuestras fronteras naturales.
Los vuelos nacionales e internacionales han disminuido considerablemente en los últimos años, al nivel que ya empieza a ser una preocupación internacional lo que sucede dentro del país. Las vías terrestres están sin seguridad vial, además de estar a oscuras y sin mantenimiento las carreteras y autopistas principales, aunado que las fronteras se encuentran parcialmente cerradas.
El libre comercio es una suerte para los que logran invertir dentro del país ya que tienen que lidiar no sólo con la inseguridad, sino con los interminables trámites burocráticos que encarecen las transacciones sociales de los inversionistas y toda la cadena de producción hasta el consumidor final.
Bajo éste sombrío panorama, la mano de obra venezolana empieza a consolidarse como una de las peores pagadas en el mundo, a tal nivel de ya ser considerada peor a la esclavitud de los tiempos de la colonia. Los trabajadores venezolanos, con los ingresos que perciben no llegan ni a 50 centavos de dólares diarios.
Y se sabe que países como Somalia, Eritrea están entre 1 y 2 dólares diarios por días laborables, lo cual los coloca en los últimos lugares de naciones pobres con más barreras económicas y menos libres del mundo.
A todas estas, la desvalorización del trabajo en Venezuela ha llegado a sus niveles más críticos, ya que el salario diario, como se escribe, no llega ni a un dólar y sólo para cubrir la cesta básica dentro del país, se necesitaría mínimo 3 dólares diarios, colocando a los venezolanos en la clase trabajadora peor pagada del continente y de la historia del mundo.
Por otro lado Venezuela, es el único país donde se implementa el programa salarial del bono alimentario, que se conoce popularmente en el país como cesta ticket, el cual tiene algunas coincidencias con la tarjeta de racionamiento de Cuba; dicho bono de alimentación implementado por el presidente Rafael Caldera, en los llamados gobiernos democráticos de Venezuela, aún hoy sigue sin estar incluido dentro del sueldo básico, para efectos de prestaciones, vacaciones y liquidación laboral, lo cual pone en situación más crítica el derecho del trabajador, relegándolo al nivel de esclavitud que se vivió en los sXVIII y XIX.
Conversando con un amigo, de muchos de los románticos trasnochados de la izquierda, comentaba que en los tiempos de la colonia, se implementó la libertad de los esclavos, gracias a unos economistas ingleses que sirvieron de asesores de ése entonces a los terratenientes y señores feudales de las colonias, donde estos revelaban que la libertad de los esclavos les sería más económico a los amos y patronos que tener que cubrir todas las necesidades de vivienda, vestido, alimentación y salud propios de la esclavitud, lo cual encarecía los derechos de propiedad de las personas en el statu quo esclavo.
Fue a través de muchos debates y reflexiones, en lo sucesivo a las guerras de la emancipación de las Colonias que se logró la libertad de los esclavos, no por un asunto moral o ético, como se cree, sino por el tema económico ya que era más fácil darle un salario a personas libres a hacerse cargo, como patrono de sus necesidades básicas, y tenerlos además, recluidos en la propiedad supliéndoles dichas necesidades.
En la mayoría de los países de LatAm, el sueldo base más inferior, gira alrededor entre 300 y 600 Dólares Americanos, mientras que en Venezuela incluyendo el bono alimentario, llega a duras penas a 15 $ americanos razón más que suficiente para poner a los Venezolanos al nivel de esclavitud propio de las colonias.
Todo éste corolario comprueba el estado miserable donde se encuentran los venezolanos, derivado de las políticas económicas que gobierno tras gobierno y régimen tras régimen han venido implementando bajo el consenso de las clase obrera, olvidando las graves consecuencia de las políticas contra el libre mercado y también las políticas anti capitalistas que traen a las naciones.
Más de una vez se ha escuchado la historia negra, que las marcas como Tommy Hilfiger, Adidas – SALOMON AG, Reebok, Nike, C&A, Gap Inc., HENNES & MAURITZ AB., Levi Strauss & CO., Walt- Mart, Chicco (ARTSANA S.p.A.), McDonald, Samsung, Bayer AG, Pfizer, Novartis, Boehringer Ingelheim Gmbh, GLAXOSMITHKLINE, Procter & Gamble, Nestlé, FRESH DEL MONTE PRODUCE INC, DOLE FOOD COMPANY INC, Unilever, Heinrich Deichmann – Schuhe Gmbh & CO. KG., DONNA KARAN INTERNATIONAL INC. (MOET HENNESSY LOUIS VUITTON SA.), CHIQUITA BRANDS INTERNATIONAL INC., ALDI/HOFER, Bristol – Myers Squibb Company, Exxon Mobil Corporation, Shell, Siemens, Agip (Grupo ENI), Ford Motor Company, General Motors Corp., BP AMOCO P.L.C., Deutsche Bank, DRESDNER BANK AG., BAYERISCHE HYPO – UND VEREINSBANK AG., The Walt Disney Company, explotan a los trabajadores y migran a naciones donde la mano de obra es más barata. Mas sin embargo todas estas empresas en su mayoría han desaparecido del país, salvo algunas excepciones que se analizaran en otro momento.
No obstante, la cruda realidad es que los Venezolanos, en los últimos años han tenido que pasar por el viacrucis del sobre precio (inflación), debido al control de cambio, razón por la cual cada día amanecemos con la noticia que estas empresas han debido cerrar sus puertas por la política económica del régimen socialista, que favorece a unas empresas aliadas al régimen y a otras las aleja de la posibilidad de consolidarse en el mercado nacional.
Si bien es cierto, dichas empresas y corporaciones antes mencionadas, se valen de las flexibilizaciones laborales, no cabe duda que en Venezuela y en todas las naciones donde se asientan contribuyen al desarrollo y al empleo productivo del país.
En Venezuela actualmente existen diversos capitales financieros aliados al régimen y propiedad del mismo que valiéndose del derecho laboral patrio , poseen la peor remuneración laboral del mundo, colocando la mano de obra venezolana, muy por debajo de cualquier economía mundial.
Cada vez la población tiene menos acceso a una calidad de vida digna, esto no sólo afecta a un grupo de la sociedad, sino a la población que se ve obligada a recurrir a métodos antiguos para poder sobrevivir en una sociedad moderna que se quedó atrás.
En África, América Latina y Asia, las empresas más astutas han establecido desde hace rato sus plantas y divisiones de investigación y tecnología en países de mano de obra barata, Venezuela no escapa de esto, donde es sabido que se vive una economía de guerra en algunos periodos y zonas, o de subsistencia, en toda la nación.
Venezuela se constituye un caso especial, para los inversionistas aliados al régimen socialista, allí hay millones de mujeres y hombres esclavizados trabajando en las empresas petroleras y todo el entramado del Estado con sueldos miserables que a duras penas alcanza para alimentarse.
Es importante que se sepa, que el régimen socialista en Venezuela, como en el mundo entero donde se implementa, se aparta del derecho de propiedad y se centra en el aprovechamiento de los recursos naturales como nuevo modelo de producción.
Se engaña a la OIT en cada asamblea sobre la real situación de esclavitud que viven los trabajadores venezolanos. Las multinacionales aliadas al régimen de Venezuela les importa poco las violaciones de derechos humanos, como es el derecho de un trabajo digno, ya de eso tienen experiencia en regímenes tiránicos como los de Myanmar, Zimbabue, Sudan, Nigeria, Corea del Norte, por nombrar algunas naciones.
Pero no pretendo con este planteamiento echarle la culpa a las multinacionales que existan dentro de las fronteras venezolanas, sino al régimen, que tiraniza a la población, sometiéndolos al trabajo sin modificar en absoluto la miseria de la población.
Sería injusto y de toda subjetividad señalar a las multinacionales de explotadoras de los trabajadores, cuando son los gobiernos los que otorgan las concesiones y permisos y colocan las reglas del juego para que operen en los países.
Por ejemplo, las empresas mineras establecidas en la Cuenca del rio Caroní, empresas multinacionales asiáticas en complicidad con el Estado de Venezolanas; se viene denunciado por las redes sociales que producto de la extracción del oro y otros minerales, como el coltan, etc, vienen destruyendo el ecosistema, al nivel de mermar las reservas de agua de la represa del Gurí, ubicada en el Estado Bolívar al Sur de Venezuela, afectando también la generación de energía eléctrica.
Además, de la contaminación las aguas, contaminan los suelos, y esto viene sucediendo en todo el país, ya que es a lo largo y ancho de todo el territorio nacional que Venezuela goza de grandes yacimiento agua potable, minerales, petróleo, carbón mineral, y piedras preciosas, e incluso uranio y coltan.
Al finalizar estas casi dos décadas, el régimen sigue negándose a pagar un resarcimiento económico adecuado a los más de 30 millones de venezolanos que viven en un estándar de vida de los peores de la tierra, donde el hambre, el desabastecimiento de alimentos, y medicamentos, la carencia de servicios públicos adecuados, la falta de seguridad e infraestructura, somete a la población a las miserias del mundo.
Es cierto que en Venezuela formalmente no se explota mano de obra de niños, pero informalmente se comprueba que existen miles de niños en las calles pidiendo limosnas para el sustento diario de ellos y sus familias, como también existe una gran cantidad de miles niños que trabajan con la propia familia para el sostenimiento de la misma, y todo esto a espaldas de la UNICEF.
DC / Albert Geovo / Abogado, Maestrando Ciencias Políticas/ albertgeovo@gmail.com / @aegeovo