“Cuando Juan Bimba era sute/ le dio un dolor de costao / y el doctor le recetó/quinina con bacalao”.
Andrés Eloy Blanco, el gran poeta venezolano, empleó varias veces la figura de Juan Bimba, un personaje ficticio a guisa de ciudadano común y que representa al país entero. Los dibujantes le inventaron un liqui-liqui, sombrero de cogollo y alpargatas y los creativos lo mostraban como un joven avispado y ocurrente.
Utilicemos entonces a Juan Bimba en una inventada escena teatral de estudiantes.
Juan es popular, tiene buenos amigos en todo el liceo y gusta a las chicas por su simpatía e inteligencia. Pero el gordo Nicolás no acepta competidores. Él quiere ser el que manda en el liceo. Tiene tres amigos y ha formado una pandilla busca pleitos. Al mismo Juan lo han golpeado varias veces. En la última, se formó un gran círculo de mirones y cuando Juan y el gordo Nicolás se caían a trompadas, los tres pandilleros del gordo se metieron en la pelea y casi destrozan a golpes al pobre Bimba. Todos los amigos de Juan insultaban al gordo tramposo, pero nadie se atrevió a intervenir.
Ha pasado el tiempo y el gordo es dueño del liceo, atemoriza a todos y golpea a quien se le ocurre. Por tanta bronca muchos hasta se han cambiado de instituto. En un liceo vecino estudia Daniel al que apodan “el trompeta” que mide casi dos metros, hace pesas y tiene una musculatura muy desarrollada. A “el trompeta” le llega el cuento de Nicolás y sus abusos y decide enviarle un mensaje al gordo de que, si sigue con su pandilla maltratando a los chamos, él en persona y diez como él los van a buscar y los van a “matar” a golpes hasta que se les quite la maña.
Entonces Juan Bimba cuando se entera de la amenaza de “el trompeta” le dice que no se meta con su liceo pues esos problemas deben arreglarlos ellos mismos. Cierra el telón.
El Juan Bimba de la escena anterior no es, ni de cerca, parecido al real y para usar la palabra correcta este es una bolsa. ¿Como carajo desprecia la ayuda para resolver un problema que solo no puede? aunque fuese únicamente para meterle miedo al gordo Nicolás es útil. “Mira gordo, hablé con unos panas, tú los conoces, son los de “el trompeta”, ellos están conmigo y te van a coñacear a lo que yo les diga si sigues con la vaina. Así que te quedas quieto y peinadito pa´ la foto”.
Como a mi edad la irreverencia pareciera contar con alguna mejor tolerancia, le digo a todos los altos dirigentes políticos, eclesiásticos y opinadores de oposición que han criticado y rechazado lo dicho por Trump sobre usar su fuerza para ayudarnos, que son unos pajúos y que de la viveza de Juan Bimba no tienen ni un asomo y que, además, no representan el sentir del pueblo venezolano que quiere una solución ya.
Si hiciésemos una encuesta a la población-al soberano, al jefe, al poder originario, a la voz de Dios-preguntándoles si quieren que vengan los gringos con ayuda humanitaria y a sacar a Maduro ¿cuál sería la respuesta?
Sabemos la respuesta de Juan Bimba. Él si está pelando bolas.
DC / Eugenio Montoro / montoroe@yahoo.es